Capitulo 25

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Me toma de la mano y un escalofrió recorre mi cuerpo, el emanaba un frio espantoso, aún más fuerte que el clima nocturno de la ciudad. Trato de soltarme de su agarre pero él me sostiene con fuerza y me quejo por su rudeza.

-Puedo causarte mucho dolor, con tan solo una mano, es mejor que no pongas resistencia.-dice mientras caminamos a mi habitación, comienzo asustarme no quiero ser violada en mi propia casa por un hombre apuesto.

Lo que me preocupaba era el hecho de que aún sabiendo que corría peligro, estaba permitiendo que este hombre se aprovechará de mi soledad, por alguna extraña razón no me defendí, no quise salir corriendo despavorida, hice todo lo que se supone uno no debería hacer, me quedé quieta y permití que él me guiará.

-¿Qué vas hacerme?- Le pregunto asustada y él sonrió con malicia.

-Voy a marcarte.- Sus ojos se tornan rojos y el miedo aumenta.

-¿Qué eres?-logro preguntar, antes de que me tome con fuerza de las muñecas y me arroje sobre mi cama, él es tan rápido que ni siquiera pude notar en qué momento se subió encima de mí y clavo sus colmillos en mi cuello.

Comienzo a sentir una sensación extraña en mi cuerpo y de repente es como si levitara, me siento muy satisfecha como si...¡Tuve un orgasmo!

Trato de gritar pero el dolor me lo impide, no puedo hablar, no puedo moverme estoy a su merced y es realmente espantoso, pues escucho como bebe mi sangre y hace algunos sonidos extraños como si... gimiera y en cierta forma logra hacer que sienta pequeños espasmos en mi zona intima.

Él se pone de pie y me sonríe desde la ventana.

-¿Qué fue esto?-digo agitada y se limpia con la lengua restos de sangre.

-No me sentí maldita.- digo sonrojándome y él sonríe con malicia.

-Pecar es muy gratificante, pagar las consecuencias es el verdadero tormento.-Iba a marcharse, no tenía idea pero lo sabía internamente.

-¿Quién eres?- Pregunte, aunque era más que obvio lo que él era.

-Maika- Dijo sonriendo.

-¿Tienes que marcharte?- Susurre pues comenzaba a sentirme realmente agotada.

Como no me iba a sentir de ese modo si este hombre prácticamente me había dejado sin sangre.

-Mañana no recordaras nada, el día que recuerdes este momento, será porque volverás a verme y volveré para convertirte en alguien como yo y esta transformación habrá culminado."

Cerré mis ojos y luego lo abrí.

No estaba en mi casa, estaba en la de Dimitri y el me observaba serio desde la puerta de la habitación.

-¿Recordaste?- Dijo serio y yo asentí.

-¿El vendrá?- pregunte.-Me convertirá en un Exilat.- Una lagrima recorrió mi mejilla.- ¿Por qué no me lo dijiste antes?-Pregunte con los ojos llenos de lágrimas, no quería ser un vampiro y mucho menos un Exilat.

Dmitrick me rodeo en sus brazos y me dio un beso en los labios muy tierno y lento.

Tomo mi rostro entre sus manos y me hizo verlo directamente a los ojos.-Tu no serás una de ellos, serás mía y de nadie más.

-¿Maika?- Pregunta serio.

Por su reacción deduje enseguida que él conocía a este sujeto aparentemente los lazos que Dimitri tenía con los vampiros y los Exilat, definitivamente son grandes, lo que llegaba a preocuparme pues no me agradaría conocer otro familiar rebelde de él, ya que con el último que había conocido, las cosas habían resultado de manera poco agradable.

Marcada por un vampiro : El amor nace Donde viven las historias. Descúbrelo ahora