One shots con los diferentes personajes de One piece. Los personajes no me pertenecen a mi, sino a Eiichiro Oda
Actualizaciones cuando a la autora le viene la inspiración o le hacen un pedido :b
¡¡Hola!! Este es mi primer one shots de Sabo, esta idea ha sido mia, no es un pedido jeje. Últimamente ando muy obsesionada con esta canción, y como me parecía tan dulce y tan bonita quise escribir un fanfic con uno de mis husbandos de one piece. Espero que os guste tanto como a mí. ¡Disfrutad! (≧▽≦)
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La joven se recogió su cabello en una coleta y se concentró. Estaba tirada en el suelo de su cuarto, con un montón de papeles desordenados y una guitarra entre sus manos.
Se rascó la cabeza y empezó a pensar. Esa lianta de su amiga Koala la había convencido de que ella y su banda actuaran en el baile de primavera. Como Perona, Nami y Vivi habían dicho que sí y era una mayoría en el grupo, tenía que aguantarse. Al principio estaba totalmente en contra de la idea, pero al cabo de una semana estuvo mucho más motivada.
La idea de componer una canción se le había venido a la cabeza justo esta mañana en clase de matemáticas, mientras miraba a... Sabo. Si, Sabo. Ese chico rubio, alto, gracioso y gentil. Desde que eran niños y jugaban juntos por el bosque había estado coladita por él.
Se dio unos minutos para pensar con claridad. ¿De verdad iba a componer una canción para él? En todos estos años Sabo no había notado ningún interés ni por ella ni por ninguna otra chica. Negó con la cabeza. <<No, ya he estado esperando mucho tiempo. Si no es ahora, no será nunca>>
Comenzó a pensar en el mágico día en el que conoció a ese niño rubio sin un diente que tan feliz la hizo.
Mientras sus padres discutían, decidió salir de casa y escaparse al bosque. Odiaba que sus padres se peleasen y se ponía muy triste. Al fin y al cabo, tan solo tenia 8 años. Corrió y corrió, rasgándose la cara y la ropa con las ramas de los árboles, hasta tal punto que su vestido de flores favorito se rompió. No paró hasta llegar a una casa del árbol rota. La niña decidió sentarse bajo la sombra de ese árbol, se hizo un ovillo y comenzó a llorar.
—Oye, ¿Qué te pasa? —preguntó una voz.
(Tn) alzó la cabeza y se encontró con un niño rubio y sin una paleta, tendría su edad. Se secó las lágrimas.
—Nada —dijo frunciendo el ceño.
—¿Y entonces por qué lloras? Nadie llora porque si.
La niña frunció el ceño de nuevo. Su expresión se ablandó al pensar en sus padres. —Es que... Mis padres discuten mucho.
—Qué mal. Pero eso no es asunto tuyo, no hay nada que puedas hacer. Por cierto, se te ha roto el vestido.
—Tu tienes rotos los zapatos.
—Da igual, así son mas cómodos —sonrió, dejando ver el diente que le faltaba—, ¡Oye, ven a jugar conmigo! Así te podrás olvidar de lo que ha pasado. ¿Cómo te llamas?
—(Tn).
—¡Qué bonito nombre! Yo soy Sabo —dijo con una amable sonrisa. Le cogió de la mano para levantarla y juntos corrieron por el bosque hasta llegar a un sitio de hierba alta. Allí estuvieron jugando al pilla-pilla hasta el anochecer.
