Capítulo 29.

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LALISA MANOBAL.

Todos nos encontrábamos sentados en la mesa del comedor. Tzuyu conversaba con mis padres y Nayeon, aunque Jennie de vez en cuando hablaba; trataba de hacerlo lo menos posible. Varias veces intenté llamar su atención pidiéndole la sal, o cualquier cosa de la mesa pero me las pasaba sin siquiera mirarme a la cara.

Tzuyu que estaba sentada a mi lado me sonreía, y se sentía agusto con mi familia, y eso no era malo. Pero mi madre había confundido todo y en parte la entiendo, nunca traje a nadie a la casa, cosa que ella detestaba y esperaba que en algún momento <<antes de irme a la universidad>>, conociera a una persona que me gustara.

Siempre descarté la idea por un largo tiempo, pero no me gustaba Tzuyu, sí que era una chica hermosa. Pero no era la que yo quería, la mujer que yo quería se encontraba frente a mí, y a penas conseguía que me pasara una que otra cosa de la misma mesa. La mañana inicio bien, pero por donde íbamos, creo que el día no terminaría de igual manera.

—Siempre soñamos con que Lisa trajera a alguien aquí, le preguntábamos pero las evadía —comentó mi madre.

—Mamá, Tzuyu y yo no somos nada —aclaré con fastidio—. Sólo... hubo una equivocación. Diles, Tzuyu.

Esta permaneció en silencio, no sé lo que buscaba sacar con esto, pero era tortuoso saber que Jennie ni a los ojos me miraba, ya no estaba esa sonrisa de la mañana y me molestaba que no confiara en mí. Por Dios, estuve con ella esta mañana.

—No digas eso, Lalisa —Jennie por fin habló. Dejó su copa de agua a un lado y con una sonrisa venenosa, añadió—. Si se te ve muy enamorada.

—Jennie —advertí.

—Mírala, es una chica hermosa —halagó a Tzuyu. Y era sumamente hipócrita aunque la chica a mi lado no se diera cuenta—. Quizá y puedas, no sé, brindarle una oportunidad.

Estaba exasperada, cuando Jennie quería podía ser toda una mujer terca y necia. Y aquí me lo estaba demostrando; me miraba con ese enfado, con esa ira contenida de querer decirme de todo un poco. Pero no lo haría. Mi cara demostraba el disgusto de la situación, esto de gracioso no tenía nada.

Y de alguna u otra manera conseguiría hablar con ella, para arreglar la situación. Era una lucha de miradas, y rogaba porque mis padres no notaran la tensión que había entre nosotras.

—Gracias, Señora Kim —agradeció muy amable Tzuyu.

Jennie le sonrió con fingimiento, —De nada, cariño, después de todo. Lisa tendra que buscar su camino.

—Bueno, ya. Tzuyu se tiene que ir —me coloqué de pie, cansada—. Y yo tengo que hacer clase, así que agradecería que todo se rompiera.

—¿Qué pasa, Lisa? ¿te molestó algo? —habló entre líneas.

La ignoré para no entrar en su provocación. Tzuyu se puso de pie y yo la acompañé hasta la salida.

—Perdona —se disculpó inmediatamente estuvimos paradas en esta—. No fue mi intención complicarte así las cosas.

Agité la mano, —Tranquila, no pasa nada. Ya lo resolveré, pero no vuelvas a hacerlo, Tzuyu.

—Quería decirte lo que siento por ti. Me gustas, Lisa —se acercó, y tomó mi mano. Miré aquella con inseguridad—. Y si me lo permites, quiero invitarte a una cita, en la cual podamos hablar más.

Quería que alguien me dijera esto, pero no precisamente tzuyu. Claro, si me sentaba a esperarlo de Jennie eso jamás iba a ocurrir, más sin embargo, sería una hipócrita, una maldita si me ponía a jugar con los sentimientos de alguien como Tzuyu, sin sentir más que una amistad por ella. No estoy obligada a querer a nadie, ni a corresponder los sentimientos de nadie.

Viajando Entre Mentiras. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora