Unos más locos que otros.

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Conclusiones.

Unos más locos que otros.

Brant Monterrey.

Me siento y miro el brillo de la vía láctea sobre mi ventana, como un mundo de silencio prendido en fuego y me pregunté si en ese momento ella estaría teniendo un sueño que se pareciera al mío.

Enciendo el cigarrillo y aunque sea por un susurro le cuento a la luna lo que pasa en mi vida, se que nunca me responderá pero es muy buena escuchando.

Miro mi teléfono en la mesa de noche que se enciende, extiendo mi mano y respondo cuando veo una llamada de Brandon.

_¿Que pasa?.

_Viejo tienes que venir al hospital ahora!.

_Brandon son casi las dos de la mañana.

_¡Tu mujer está dando a luz!..

Me levanto de mi sitio y envío el cigarrillo a la mierda.

_¿Eso es posible? Solo tiene seis meses.

Empiezo a bajar las escaleras del penthouse con el teléfono en la ojera y con tres mil quilos de nerviosismo, llego al ascensor con un zapato menos por qué no tengo idea de dónde está el otro.

_Ella solo dijo que tenía contracciones, inmediatamente luz me dijo la llevamos al hospital.

Me da la dirección del hospital cuando llego al primer piso.

_Busquen mi otro zapato, preparen armas y ordenen las granadas, necesito que me bloquen dos manzanas del hospital ahora. Mi mujer va a dar a luz.

Mis hombres se mueven rápidamente cuando les doy órdenes y me subo a mi auto con los nervios a flor de piel.

_¿Aún sigues allí?.

_Dame unos minutos, llámame cualquier cosa y no permitas que le pase algo en lo que llego.

_La protegeré con mi vida.

Cuelgo la llamada seguro de sus palabras, Brandon puede ser muy hijo de puta pero un buen cuidador si es y puedes contar con el para cualquier cosa. Por eso es mi hermano.

Mis hombres me traen el zapato que me falta y nisiquiera pierdo tiempo colocandome eso simplemente enciendo el auto y empiezo a manejar. Mis hombres me siguen a una distancia prudente.

En menos de nada estoy en el hospital dando órdenes y a los pocos minutos no hay autos en la carretera. Este es uno de mis tantos poderes, poder parar carreteras por un simple parto es uno de mis dones.

Entro al hospital y está despejado, subo las escaleras en el segundo piso hay un pasillo en el que habitan Brandon y su niñata que no se que piensa hacer con ella.

Tiene meses planeando una boda y aún no se da.

Yo no busco tanto líos para casarme, si te quieres casar nos casamos y listo.

Brandon se levanta cuando me ve y me extiende un pañuelo con el que me seco la frente, escucho gritos desde aquí a pesar de la puerta ser de cristal.

_¿Que esta pasando?.

_Los doctores dijeron que casi es imposible tener un embarazo con solo seis meses, los bebés no pueden estar bien formados.

_...¿Y que más?.

Le pregunto cuando siento que queda algo.

_Tambien dijeron que tendrá suerte si logra sobrevivir al parto.

Lo que dice me deja con la boca seca.

Eliza todavía no estaba bien preparada para tener hijos, aunque llegara a los cinco meses tendría un aborto inmediatamente y me en realidad me sorprende que mágicamente me llamarán y que ya estuviera en el hospital.

Estuvo durante mucho tiempo tomando medicamentos para su matriz y volvió a salir embarazada, vivía con el temor de que perdiera a su bebé y a ahora está encerrada en una habitación de parto pariendo dos niños y nisiquiera se si sobrevivirá.

_¿Crees que quiero que mi mujer muera?.

_Nadie quiere eso brant...

_Mirame a los ojos y dime si eso es lo que quiero_se cruza de brazos_Vas a entrar en esa maldita habitación y les vas a decir a esos doctores que si mi mujer muere ellos también.

Rueda los ojos antes de empezar a caminar hacia la puerta de cristal.

Estoy cansado y me duelen los ojos, yo y eliza estamos enojados y ella se fue a dónde su hermana ayer, juro que si algo le pasa por su terquedad no tendré palabras para expresar lo que haré.

Cada vez que discutimos por algo se va y vuelve cuando le da la gana, no puedo vivir con esto pero tampoco puedo dejarla sola ya que carga con mis hijos y sería muy difícil para ella.

Las horas pasan y nada que me dicen, no dejan pasar a nadie y odviamente no me agrada esa mierda, los médicos se mueven de aquí para allá y hace una hora envié a comprar sangre para ella, estoy nervioso y no se que pasará.

Tengo miedo a que le pase algo por mi culpa.

A las seis de la mañana yo y Brandon parecemos velas mientras su niñata está dormida en sus piernas, no hemos recibido nada y no entiendo por qué tiene que durar tanto.

A las siete de la mañana la hermana de Eliza se despierta y Brandon envía a buscar comida para ella, no recibo lo que me extiende y mejor tomo el teléfono recibiendo las quince llamadas en lo que queda de los minutos.

Son casi las diez y todavía ningún doctor ha salido de la sala de parto, el hospital sigue desierto por qué evite el paso a esta área y las calles parecen el viejo oeste.

Uno de los doctores sale y me levanto inmediatamente cuando lo veo secando el sudor de su frente con las manos ensangrentadas.

_Ya todo acabó.

Me dice y me quedo parado esperando a que diga algo más.

_Los bebés nacieron muy débiles pero con algunos medicamentos estarán fuertes y sanos y la madre también está muy débil, no pueden verla en ese estado así que deberán de esperar algunas horas.

Sin más se va del área dejándome con la boca aguada.

_Todo salió bien viejo, es lo importante.

Si gracias a Dios salió todo bien pero no puedo ver a mi esposa hasta sabrá Dios cuando.

Saga mafiosos #4 Conclusiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora