6.

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*Bucky*

Después de un día agotador de trabajo llegué a mi hogar, cómo siempre afloje mi corbata y de igual manera aflojaba mi camisa pues me preparaba para ir a la ducha, cuando unos golpes en mi puerta llamaron mi atención.

-Pero qué carajo- susurré mirando por el agujero de mi puerta, mirando la cara de Steve el cual miraba mi puerta sin más que decir la abrí. -¿Que demonios te pasa?-

-¿Qué es lo que me pasa? Más bien que mierda te pasa a ti Buck, joder me tienes cansado-

-No se de que hablas-

-¿No lo sabes? Te parece si te digo que estoy cansado de que estés cerca de Madeleine-

-Con que es eso- sonreí rascando mi barbilla. -Es mi trabajo ahora el cuidarla y me siento feliz por ser yo quién lo hará-

-Porque abriste la boca, acaso no recuerdas que te dije que no te acercaras a ella- caminó hacia mi lentamente.

Sin moverme respondí -Lo siento pero no lo pude evitar- sonreí de manera retadora.

-No me retes James porque soy capaz de muchas cosas-

-¿Ah sí? ¿Cómo de qué?- sonreí retandole.

-No te atrevas a retarme- Steve estiró sus manos para tomarme de el cuello de la camisa.

-Ahora lo veo, eres alguien que solo piensa en si mismo ya no te reconozco Steve cambias cuando se trata de ti, pero no te tengo miedo- estire mis brazos para azotarle los hombros y separarme de él al punto de romper la camisa y sonreír.

-¿Qué te da tanta risa?-

-Tus acciones, te ves a la defensiva siempre-

-Yo te recomiendo que cuides las tuyas porque no me rendiré tan fácil-

-Y ahora soy yo el que dice que no te acerques a ella o lo lamentarás-

-¿Me asesinaras soldadito del invierno?-

-No suelo ensuciarme las manos con gente sin importancia como tú- sonreí acercándome a Steve. -Ahora quiero que te largues de aquí, y no quiero ver de nuevo que hagas tus espectáculos de celos, es una perdida de tiempo para mí-

Steve tomó su saco y salió del departamento azotando la puerta mientras que yo me fui a la barra de la cocina a servirme un trago. De repente volví a oír el timbre pensando que era Steve de nuevo pero no era así.

-Hey James-

-Mad, ¿Qué haces aquí?- sonreí, creo que era muy notable el como mi rostro se iluminó al verla.

-Pues traje algo para cenar, he visto que ambos hemos tenido días difíciles y nos merecemos algo delicioso- Debo de admitir que su sonrisa es bastante hermosa y me transmitía muchas cosas.

-Tienes razón, adelante siéntete cómoda mi hogar es tu hogar-

-Muchas gracias señor Barners- Madeleine acomodó la comida en la barra mientras se quitaba su suéter. -Traje comida Italiana y un delicioso vino, ¿Ha pasado algo? ¿Porque tienes la camisa rota?-

-Wow en verdad muchas gracias Mad, me acabas de solucionar el día- sonreí acercando platos y copas. -Nada importante me iba a meter a duchar cuando la camisa se atoró con mi reloj y sin querer la rasgue un poco-

-Creo que te interrumpí-

-No pasa nada, mi estómago ya estaba haciendo alertas de hambre así que me salvaste- tome el vino y lo destape para luego servir mientras Madeleine servía la comida.

-Menos mal que llegue a tiempo para salvarle señor Barners-sus mejillas tornaron a un color rojo.

-Gracias linda, deberíamos aprovechar que la comida está caliente-

Winter NightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora