【第9章】➥09

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Situados en la sala principal, pasillo de las obras principales de grandes artistas de Tokyo, se hallaba una gran aglomeración de residentes. Las celebraciones nocturnas habían sido interrumpidas adrede por la orden del líder, convocando una reunión.

Últimamente, el horario que tomaban para los juegos había cambiado drásticamente. Ya no se trataba de dos días de diferencia, sino de jugar seguido todas las noches. El descanso lo dejaban para las mañanas, para cuando cayera el sol debían estar listos para su próxima ronda.

Las manos de Takeru se aferraron a la baranda del balcón, alzándose de manera recta para mirar con desdén a sus súbditos. El silencio que mantenía realmente era porque trataba de cambiar algunas palabras del mismo discurso que había repetido durante toda la semana.

—Veinticuatro minutos para la finalización de la entrada a los juegos— avisó Ann, observando su reloj de mano.—Hagan revisión de quienes vuelvan, sin excepciones. Ya conocen la ley expuesta por su líder—. Los militares encargados asintieron con severidad.

—Ahg, pensar no es exactamente su mejor trabajo.

—Shēdo, tus comentarios son ineficientes también— el segundo ejecutivo, por detrás de Takeru, acomodó sus gafas a la vez que le miraba desafiante.

—Vete a la mierda... ¿Dos? No sé... ¿Por qué me hablas?— Ada colocó una de sus manos en su cadera, y la otra la utilizó para mantenerla sobre su nuca.

—Trato con malcriados de tres años— farfullo Ann.

—Bastardos... Ya bajen la voz— reprochó Takeru al señalarlos.

La castaña se encogió de hombros al ver pasar a su lado a Aguni, quién se cruzó de brazos con impaciencia y, por otra parte, Ann se empezaba a alejar. Sabía que estaba dentro de una rutina agotadora para animar a otros a jugarse la vida.

Retrocedió un par de pasos hacia las escaleras, mirando de soslayo al líder que ya estaba listo para empezar.

—Buenas noches— levantó la mano en señal de despedida, haciendo rodar los ojos al jefe de los militares.

—¡Esta noche demostrarán su lealtad a la playa! Sacrificarán sus vidas en busca de nuestra libertad, y esparcimiento para quienes necesiten una mano amiga.— relamió sus labios como si le fuera dificultoso repetir el discurso. Quienes lo escuchaban, viroteaban animados en masa. En cambio, los ejecutivos principales se alejaban a sus respectivos equipos. —Recuerden a todos los demás que son bienvenidos en nuestra utopía...

Takeru solo les presentaba una fachada a medio pintar, y lo alababan cómo si sus vidas solo pudieran servir para eso.

Enumeraba los escalones para distraer a su mente de escuchar la locura brotar de la multitud, mientras bajaba la cremallera de su abrigo porque la hacía sentir sofocada.

—¿Cómo vamos a ignorar esto?

—Asahi, no estás en tus cinco sentidos.

—¡Lo sabe, Momoka!

Ada no dudó en cruzar en medio de ambas ocasionando un choque contra ellas, emitiendo una fugaz risita que duró menos que un suspiro.

—Lindos nombres— dijo lo suficientemente alto para las jóvenes.

Asahi cubrió su rostro con ambas manos al recordar aquella frase que desató el desastre en su vida, y Momoka miraba sin expresión alguna a la mujer que ya se había alejado.

Mientras buscaba con la mirada alguna salida rápida, detalló la tarjeta gris que agitaba un divertido Chishiya, inclinando la cabeza hasta guiñarle en señal de arrogancia. Ante su repentino estado de humor, el cuál variaba constantemente, Ada arqueó una de sus cejas mostrando una sutil sonrisa para luego desviar la mirada con un fingido desinterés. Estarían compartiendo estrategias dentro del mismo grupo, algo que le comenzaba animar la noche.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2023 ⏰

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