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Jungkook se sentó en su sofá mientras yo dejaba los platos y cubiertos en la mesa. El ambiente estaba apagado, él estaba pensativo y yo preocupada. Había visto a Nury y él discutir en la entrada de la residencia cuando volvía de buscar un trabajo para dos, porque él se empeñó en trabajar conmigo.

—Nury trata de volverse cercano a mí —admitió echando agua a su vaso.

Traté de no mostrarme completamente sorprendida, algo complicado teniendo en cuenta que se llevaban como perros y gatos.

—Está dejando las drogas, organizando su vida...se lo pedí como condición para volver a ser considerado mi hermano.

Jungkook se llevó un pedazo de la pizza a su boca. Hice lo mismo sin dejar de ver su rostro algo ausente. Tenía la mirada en la nada.

—Me pidió perdón antes.

—¿Por qué?

—Por mirarte por la ventana mientras te cambiabas.

¿Que hacía qué? Me quedé petrificada. Miré mi tenedor imaginándome a Nury en la terraza mirando mi ventana. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. No me agradó esa información.

—Entonces...

—Estamos—hizo un tanteo con la cabeza—progresando, supongo. Le presté dinero para el psicólogo al que asiste y me ha confirmado que el dinero fue destinado ahí. También sé que trata de centrarse en él y se ha alejado de todos los que pudo; sobretodo de Noah.

—Noah se quedará sola—susurré.

Aún no lo había superado completamente. Eran años de amistad, no desaparecían de pronto y aunque quisiera olvidarme y tratar ese tema como otro cualquiera no podía. Ella estuvo para mí, y yo nunca para ella. Jungkook cambió de tema en el instante en que vio mi rostro preocupado. Él era así, algo serio a veces, tal vez un poco impulsivo otras, pero era mi lugar seguro. No había un lugar mejor al que ir si me sentía perdida o tal vez sola; Jungkook se había vuelto mi rinconcito favorito. Con una pequeña sonrisa se me olvidaban las penas y qué decir de lo que podía llegar a olvidar en la cama...

—Estás pensando en algo sexual, ¿Cierto?

Me sonrojé negando y miré a la televisión fingiendo prestar atención al videoclip que me mostraba. Le escuché reír, pero estaba demasiado ocupada lamentando ser tan obvia que no me percaté de que en algún momento se levantó y me tiró una almohada a la cara.

—¿Sabes? Te conozco demasiado bien, Avery. No te esfuerces en ocultarme nada.

—Pensaba, pero no en eso—susurré.

—Avery.

Volví la vista a él. La tensión de nuestro alrededor no era sexual, para nada, era la sensación que tenías al estar en el lugar indicado en el momento preciso. Una calidez que no sabría definir, una satisfacción parecida a esas tardes de invierno con tu taza de chocolatada y la manta frente a la película más infantil que soportes.

—¿Por qué no vivimos en el mismo apartamento?

—¿En el mismo?

—Quiero ver tus cosas tiradas sobre las mías, discutir por quién se comió el yogur del otro y verte cada vez que vuelva. Sé que es parecido a lo que tenemos ahora, pero confío en que la sensación será diferente porque no será un: "tú apartamento" o "mí apartamento" sino un "nuestro" y eso siempre cambia algo. Podríamos pagar a medias, sé que no me dejarías encargarme de todo yo y-

—Jungkook.

—Enserio quiero levantarme en nuestra cama y-

—Jungkook.

Giants - JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora