(616-1602)
La batalla comenzó temprano esa noche, Kinro y Kirisame, una pareja de los mejores guerreros de la casa Ishigami se encontraban bajo una amenaza externa, siendo atacados por otro par en sorpresa, un hombre y mujer de traje negro y armados con alabarda y katana en mano.
Aún con esas armas, los golpes no se hicieron esperar, la fuerza que mostraban los embusteros estaban a otro nivel para la pareja, mientras Kirisame trataba de enfrentarse con todo a esa mujer de negro, sus golpes y patadas eran difíciles de esquivar, una velocidad que no había visto desde que la antigua señora escapo hace cinco años.
Terminaron perdiendo.
—¿Ya terminaste? —pregunto el hombre, sosteniendo el cuerpo de Kinro como si fuera un saco de papas.
—Ja, Kirisame se volvió mas lenta que antes, ser madre obviamente le afecto de la peor manera —dijo, notando que Kirisame ya estaba casi desmayada y sosteniendo su cabello para mirase fijamente volvió a hablar—. ¿Dónde esta el señor de la casa, Senku Ishigami?
Su voz era severa, como si estuviera dispuesta a matarla de ser necesario si no decía la verdad, Kirisame lo sabía, y si no fuera porque tenía una razón más fuerte que su lealtad para vivir, nunca habría traicionado a la casa Ishigami. Esperaba que el señor la perdone.
—Junto al árbol de cerezo, hoy es luna llena y suele beber con sus hijos a esta hora —decía ante de desmayarse.
Dejando los cuerpos inertes en la entrada, tuvieron pase libre a la residencia Ishigami, ambas personas, hombre y mujer buscaban venganza, algo que calme su espíritu lleno de rencor y el deseo de desquitarse con quien les hizo tanto daño.
Y tanta alegría, en un pasado ya borroso.
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Durante los tiempos dorados de las casas feudales, las familias contaban con distintos renombres dependiendo de su apellido principal. La casa Kyoki, la casa Obami, la casa Hyoko, la casa Wrigth y por ultimo la casa Ishigami, eran las familias y casas principales de esa región, siendo la casa Kyoki la de mayor poder, seguido de los Ishigami y Wrigth.
Al menos fue así, hasta que la casa Hyoko cayo, un golpe en combinación de las casas Obami e Ishigami terminaron con los recursos minerales que impartían como recurso económico, "la casa de las joyas" era llamaba. Desde ese momento no se volvió a ver a esa familia, casi asegurando su extinción, hasta ese día, donde la sangre mar volvía a asomarse.
Una chica fue descubierta robando alimento en la casa Ishigami, siendo llevada directamente al jefe de la familia.
—¿Qué hacemos con ella, señor Byakuya-sama? —pregunto el guardia, señalando a la mujer de pobres vestimentas.
Byakuya suspiro, mirando con detenimiento la apariencia deplorable de esa joven rubia con ojos casi azules, apenas vestida con un pedazo de tela que suplía el kimono normalmente usado por las mujeres, sucio y desgastado. Era solamente una joven chica de dieciocho años.
—Enciérrenla, hablare con ella más tarde —ordeno a firme voz, con un ademán de mano apartó a la joven de su vista.
Sin sospechar que estaba siendo visto por su hijo adoptivo a pocos metros, quien le dio ojo a la joven llevada a encerrar, sabiendo donde ir para verla otra vez, le parecía inquietantemente familiar, demasiado para ser una pueblerina de bajos recursos que daba a conocer su apariencia.
La torre este era el lugar para castigar prisioneros de guerrillas o traidores a la familia, no utilizados desde la anterior generación con el padre de Byakuya, un lugar listo para recibir a su nueva víctima entre esas rejas de madera y hierro.
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One-shots Perdidos
FanfictionHistorias de un o pocos capítulos que eran ideas antiguas, pero que por razones narrativas terminaron siendo desechadas, terminando en esta compilación nueva y será más actualizada. Mundos alternos y otras líneas temporales. Personajes: Dr. Stone