Inicio del fin

78 9 1
                                    

(Semana SenHaku)
Día 2: Enemigos que se aman en secreto

...o...✧>161-199-099<✧...o...

No sabían cuando, pero hace años había iniciado uno de los conflictos más grandes en la historia de esos dos reinos, Athens -reino de la inteligencia que carecía de magia- y Naplia -reino mágico y dominante del agua-. Esos dos reinos ya tenían una tensión entre ambas partes por problemas territoriales y políticos, siendo lo único que los contenía un muro de piedra que dividía ambos dominios.

La tensión en una falsa paz hubiera seguido por varios años, pero todo termino una noche, cuando el único hijo de Athens fue robado por un traidor de la corona y los habitantes empezaron a culpar a Naplia por lo ocurrido, debido a que el traidor escapo al territorio de Naplia para resguardarse.

Así inicio la guerra, o quizá fue el detonante que la adelanto. En un inició eran solo palabras o ataques pequeños, pero como si fuera un reloj de arena, la intensidad subía, el reloj empezó a avanzar hasta consumir ambos reinos. Solo era cuestión de tiempo.

...

Cinco años ya habían pasado desde el detonante al conflicto, aun así, una zona era protegida en Naplia a pesar del conflicto, oculta por un hechizo protector puesto por los consejeros de la familia real al otro lado de una cascada, un lugar principalmente habitado por lideres principales, sabios, niños y jóvenes mágicos, quienes en un futuro podrían ser reclutados para un pronosticado desastre.

Según decía la difunta hermana de la reina, quien tenía el don real de predecir el futuro más acertado -a costa de la mitad de su vida- que predecían un punto crítico del conflicto dentro de diez años.

Dentro de ese nuevo refugio, una niña curiosa intentaba ocultarse de un maestro, curiosa por saber cómo salir de ese lugar, llegó ahí sin saber cómo, al estar inconsciente todo el camino hasta ese lugar, como la mayoría de sus compañeros, tal vez para evitar que ellos pudieran escapar o siquiera intentarlo.

Pero eso no detendría a la niña, buscando entre la vegetación alguna forma de salir al exterior, especialmente para volver a casa y ver a su madre o hermana, de quienes no pudo despedirse antes de llegar y saber que no las volvería a ver.

La niña intentaba encontrar el borde del refugio, sin éxito y cansándose mientras más pasaba el tiempo, entre arbustos, cuevas o ríos, no parecía haber algún limite a ese lugar, a pesar de ser creado por magia.

—Ja ¿Hasta dónde llega este lugar? —murmuró ya cansada y frustrada, sentándose en una piedra para recuperar el aliento.

Debía volver al campamento por ese día, la frontera sería difícil de encontrar, algo muy al estilo de su padre.

Después de quince minutos y ya recuperada, se levantó de la roca, recordando el camino que uso y volver, pero no lo encontraba. Estar corriendo de un lado a otro la había desorientado, en especial por ser su primera vez en ese lugar y saliendo del límite... quizá fue una mala idea salir sin experiencia ni sentido de orientación.

Subió un árbol poco después de sentirse perdida, buscando alguna forma de encontrar señales reconocidas o puntos clave que puedan ayudarla, sin éxito al ver solo kilómetros de bosque.

El campamento también era oculto entre la vegetación, así que tampoco podría encontrarlo a pesar de la altura, eso llevaría tiempo.

Al saber su destino, bajaba rápidamente del árbol, llegando a ver una irregularidad bajo ella, como si un grupo de lechugas o cebollas se movían de un lado a otro y un poco levantadas del suelo. Por curiosidad, se quedó en la misma posición, viendo lo que hacia ese extraño vegetal que parecía tener piernas y a donde iba mientras pasaba por los arbustos, hasta era divertido verlo.

One-shots PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora