Cap. 4

26 0 0
                                    

Cuando termine de vomitar mi cuerpo no daba más, si alguien a vomitado después de una buena borrachera sabrá que es el fin, lo único que quería era dormir, así que me recargaba en las paredes del baño, mientras el hombre que sostenía mi pelo y otro intentaban levantarme.
-Vamos, te llevaremos al cuarto a que descanses. Decían.

-No, déjenme en paz, quiero ir a mi casa. Decía yo.
Fue hasta que escuche la voz de Tomas invitarme a la recamara de él para que estuviera más cómoda y para que descansara un rato que acepté.
-Vamos no te preocupes, en unas horas te despierto ya que te sientas mejor para que vayas a tu casa. Dijo Tomas.
Dije si con la cabeza y me deje caer en los brazos de aquellos hombres.

Me cargaron entre 2 y me subieron por las escaleras al segundo piso, yo solo escuchaba el murmuro de ambos sin saber lo que decían y al fondo la voz de Tomas que se había quedado en la planta baja dando indicaciones de en qué recamara ponerme.

Cuando llegamos a la recamara me recostaron en la que supongo era la cama de Tomas, la cama era grande y después de vomitar y sentirme mareada cualquier cama era demasiado cómoda para mi.

Cuando me recostaron se retiraron un poco de la cama y entre murmuros seguían mirándome, yo quería estar atenta a lo que decían pero por otra parte me desvanecía.
De pronto se acercaron y comenzaron a tocar mis piernas y a subir mi hoddie para destapar mis pechos, yo sentía sus manos tocándome pero sinceramente una parte de mí no quería hacer nada al respeto por el cansancio que sentía.

Cuando subieron mi hoddie por completo comenzaron a apretar mis pechos por encima de mi Top deportivo mientras tocaban mí entre pierna, masajeando mis labios vaginales por encima de mi short diciendo cosas que para mi no tenían sentido. Después de manosear mi cuerpo por un rato aún por encima de mi poca ropa me bajaron la hoddie para dejarla como estaba, me taparon con una cobija y se fueron. Fue ahí cuando pude descansar y cuando pensé que todo había acabado y que estaría bien. Que equivocada estaba.

Confiar es un errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora