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Hara.

Me encontraba de camino a la empresa, el tráfico en Seúl por las mañanas era terrible y el no poder avanzar me robaba algunos minutos.

Mi padre me había acesorado en el nuevo proyecto y como todo quedó a la perfección ahora también tenía otro cargo más encima. En realidad no me molestaba en lo absoluto el hecho de tener que trabajar de más. Lo que realmente me molestaba y hostigaba era el hecho de tener que aguantar a Park Jimin en la empresa y lo peor era que no podía quejarme aunque quisiera. Porque a ojos de todos éramos la futura pareja más esperada en el mundo empresarial.

Una mierda. Lo sé.

Llegando al aparcamiento le extendí las llaves al ballet y tomando los folders y mi bolso atravesé las enormes puerta que tenían incrustadas justo encima el logo P&K. Los dos apellidos distintivos de la empresa.

—Buenos días, Karina— saludé cordialmente al posarme a su lado en el elevador. No mentiría, la chica para tener tan poca edad lucía súper cansada, como si no hubiera dormido.

—Hola— respondió luego de unos segundos callada sin quitar la vista de su celular. Lucía ansiosa, como si esperara alguna llamada.

De repente su rostro se puso un poco contraído, medio decepcionado y un poco preocupada por su repentino cambio de semblante pregunté.

—¿Estás bien?

—Si, nada de que preocuparse— contestó como evitando ser juzgada y asentí un poco desconfiada de su afirmación y era cierto. Yo no tenía porque meterme en sus asuntos.

—De acuerdo— una sonrisa gentil tiró de mis labios antes de que las puertas del elevador se abrieran y ella saliera.

La miré negando lentamente mientras se marchaba, nunca cambiará. Su enamoramiento no era bueno. Tampoco era de mi incumbencia, pero estaba segura de que Park tenía culpa en ello. Cómo en todo lo malo que pasa a menudo con las mujeres que se acuesta.

Caminé por el corredor apretando las carpetas en mis manos cuando comencé a escuchar las palabras sucias que algunos empleados murmuraban hacia mí. Suspiré un poco cansada porque así es mi día a día aquí dentro y bueno, no puedo hacer mucho porque es Park quien maneja esta área.

Llegué hasta mi despacho donde giré el picaporte aliviada porque ese maldito ser del demonio no estuviera invadiendo mi espacio personal y zona de confort.

Ahora sería buena hora para terminar el trabajo pendiente.

                                 ***

Jimin.

Camino por los corredores apretando la mandíbula y el celular en la mano. La rabia abundando cara poro de mi piel.

Cada día, la misma mierda. Tener que escuchar como los pasantes se le insinuaban a Hara frente a mis narices. Nadie tocaba a Kim Hara, primero sobre mi cadáver.

Había hablado con mi abogado para solicitar un desplazo de matrícula para los pasantes. No quería incompetentes en mi empresa y mucho menos si pensaban más en esa bonita figura, con caderas anchas, pechos llenos y cara angelical. Y mucho menos si la miraban con la cara que la miraba yo.

Aunque bueno. Lo mío es otra cosa.

Toqué la puerta del despacho de Hara. Realmente quería verla, saber si estaba enojada por la tiradera de afuera o si solo quería matarme como siempre me decía. Porque cuando la visitaba nunca era para nada bueno.

Compórtate. Me dije mentalmente, más para mí miembro que para mí, porque él era el primero en alegrarse al ver a semejante mujerón y es que bueno. La fruta fresca y pura siempre es la más codiciada y más cuando nadie le ha puesto un dedo en ese lugar sagrado. Lo cual si mis planes seguían como iban pronto sucedería.

Recibí un pase de esa maldita voz angelical y sentí como mi pelvis cosquilleaba y antes de entrar acomodé mi camisa antes de girar la perilla y adentrarme, observando al instante como su cara con facciones de mujer inocente se deformaba en una mueca.

Sonreí para mis adentros dejando los papeles sobre su escritorio bien organizado en comparación al mío. Mierda, soy un desastre. Y bueno luego de ello solo me quedé de pie, con los brazos cruzados y acomodé mis anteojos de trabajo. Bien pudiera sentarme en una de las sillas de al lado, bueno de el frente del escritorio pero que me quedaban al lado. Ustedes entendieron. Hice un pequeño puchero inocente y coloqué ambas palmas en el borde del escritorio, viendo cómo su rostro se tensaba ante la cercanía y como arrastró la silla giratoria hacía atrás, buscando espacio.

—¿Intimidada, Hara?

Pude ver un rubor cubrir esas tiernas mejillas, y como su boca se abría un poco sin saber que decir.

Un escalofrío me recorrió y me obligué a tragar en seco. Hacía días que no tenía sexo con nadie, el motivo, tanto trabajo y bueno ahora tenía unas enormes ganas de follarme esa boca.

Imaginé dominándola sobre el escritorio. Marcando ese culo hasta que gritara que parara. La imaginé rogando por probar mi polla gruesa entre esos labios. Me ví, a mi y a ella fornicando en cada lugar de la oficina y me ví a mi mismo lamiendo ese virginal coño.

Suspiré cuando sentí la presión en mis pantalones y rogué porque ella dejara de ser tan dura y me diera una probadita. Tal vez si ella lo hiciera yo dejara de buscar mujeres para saciar el hambre que le tengo.

—En lo absoluto. Ahora sí puedes, retírate. Tengo mucho trabajo por hacer.

Y a regañadientes obedecí. No por ella, sino por mi. Porque de lo contrario me correría fantaseándola.

Llegué a la oficina un poco aturdido. Mis neuronas un poco mareadas por el perfume que rondaba la oficina de Hara. Y tuve que apresurarme y soltar el botón de mis pantalones color carbón y recostar la cabeza contra la puerta a mis espaldas.

Bajé la pretina por completo y el bulto salió a relucir en mi bóxer.

Solo bastaron dos tonos para que esa voz me antendiera y luego de ordenarle que viniera a mi oficina. Colgué el celular.

—¿Para que soy buena?— la voz de Karina irrumpió la oficina y señalé el bulto, haciendo que sonriera gustosa, de seguro pensando que esa excitación la había causado ella.

—Contra el suelo, de rodillas— ordené desabrochando mi camisa y tirando de el cinturón hasta sacarlo de las trabillas. Lo mandé al suelo y dejé que ella se encargara de mi problema. Mientras a mi mente solo venía Hara.

Ay gatita, lo que me haces hacer.



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Ésta nueva versión es aún más fuerte y mejor desarrollada que la anterior.

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Si ven algún error avisar para corregirlo. Espero y me avisen de antemano.

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