Hara.
Desperté cuando escuché toques en la puerta. Me pasé una mano por los ojos y los estrujé. Bostecé levantándome y estirándome y entonces caminé hasta la puerta.
Al abrirla lo primero que ví fue a mi Nana con la cesta de ropa limpia y me hice a un lado para que entrara.
—Buenos días — besé su mejilla y ella sonrió. La había extrañado, mucho, a pesar de que mi relación con mamá era buena y estable. Aunque con sus altos y bajos. Pero mi Nana era esa amiga a la que le podía confiar mis más terribles secretos y los guardaba a cien metros bajo tierra.
—Buenos días dormilona — dejó el cesto en el suelo y se encaminó hasta la cama para comenzar a arreglarla, pero la detuve.
—Déjame eso, aún no te recuperas del todo. ¡Ya, no seas terca!— Exclamé cuando hizo el intento de quitarme el edredón de las manos—, mejor dime, ¿Te estás tomando los medicamentos?
Ella suspiró y negó con una sonrisa para añadir:—¿Qué hice para merecerte?
—Ser la mejor Nana tal vez— susurré divertida doblando el edredón y luego dejándolo a un lado—, ahora dime, ¿Los estás tomando?
—Al pie de la letra su alteza gruñona — caminó hacia atrás cuando hice el intento de lanzarle una almohada ofendida—. Ahora dime tú, ¿Cómo van las cosas con el príncipe azul?
Suspiré mirándola y me senté en la amplia cama mientras abrazaba una almohada y ella igual me imitó.
—No confía lo suficiente en mí, como para decirme lo que está sucediendo e intuyo que no es nada bueno. Le dejé claro que no quería hablar con él — miro hacia mi escritorio tratando de relajar el nudo que se me formó en el estómago y ella se levantó.
Va por lo que miro y me lo extiende. Lo tomo, son los últimos dos contratos que tanto trabajo me habían dado. Fueron los socios más difíciles de los últimos meses y lo había conseguido. Fueron noches exhaustas, pero luego de ir a reuniones personales dió fruto.
Pensé en mandarle un correo y decirle, pero me arrepentí. Esto debía ser en persona. Tenía que aprender a entender e interpretar mis propios sentimientos por tan confusos que fueran y que mejor que yendo a verlo.
¿Estaría enojado conmigo por la forma en la que respondí su mensaje?
Prefería no pensarlo, aunque lo ideal sería que si. De esa manera solo sería ir, entregar el contrato y regresar, no sé, a practicar pilates tal vez.
Dejé ambos folders sobre la mesita de noche y me levanté para terminar de acomodar todo.
A veces odiaba ser la asistente personal de Jimin y socia minorista. Si tan solo papá regresara a la compañía todo fuera más sencillo. Pero se empeñó en trabajar desde casa para igualar al señor Park y ahora solo va cuando lo ve necesario. Cabe admitir que Jimin es un excelente CEO, aunque su arrogancia y forma tan fría de ser le costó varias asistentes antes que yo, y medio departamento de recursos humanos.
—¡Hara, por Dios!— exclamó cuando entró al vestidor. Ya sabía lo que venía a continuación —, ¿Qué es este desorden? ¡Pero que regado está esto! ¡Pueden haber ratas!
Bufé poniendo los ojos en blanco saliendo del baño, luego de haberme duchado y hecho mis necesidades matutinas. Había sido en tiempo récord.
—No he tenido tiempo. Además, planeaba mandar a alguien para que arreglara todo y de paso sacar algunas prendas que pienso donar— ella me miró enterrando los ojos y se puso las manos en la cintura —. Oye, no me veas así. Es verdad lo que te digo. Además sabes que mi vida está patas arriba como ese guardarropa.
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Tentación »PJM «+18»
Фанфик(Resubiendo como nueva versión corregida y editada.) *** «Bien dicen que el odio se puede volver tensión, y la tensión amor. Dos seres totalmente opuestos, que tienen una guerra más allá de lo laboral. Pero también ambos acumulan una gran tensión se...