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Miro por todos lados junto a mi pasa un rival, trato de acercarme junto a el y pasa por delante. Miro a mi alrededor todos mis contrincantes se acercan y acelero para ganar. Paso rápidamente la linea de meta la cual es celebrada por un disparo, aun en la moto me dirijo a el cobertizo el cual me permiten guardarla.

—Felicidades. —escucho la voz de un hombre detrás mío— excelente carrera —me bajo de la moto con cuidado y me dirijo hacia ese concursante.

—Igual —extiendo mi mano hacia el y con un movimiento rápido el se saca su casco dejando ver su cara como no lo supuse por su voz. Es Finn, Finn Wolfhard, un antiguo conocido, lamentablemente. Toma mi mano con seguridad y la besa— Que caballero —hablo con ironía y el ríe.

—Así se debe tratar a una señorita como usted. -—ahora dices eso, un ruido fuerte me saca de mis pensamientos y hace que Finn suelte mi mano.— un gusto de haber hablado con usted. —sale del cobertizo y me quedo sola allí, una Sophia asustada llega a mi y me abraza.

—¡Ganaste! —exclama emocionada— pero ya nos tenemos que ir, papá esta sacando a todos de las pistas ya que empezaron a tirar cosas.

—Vámonos, es peligroso. Todos los hombres cuando pierden o no gana el tipo el cual apostaron se comportan como verdaderos simios.

Ambas reímos y nos subimos al auto de Sophia, cuando nos alejamos lo bastante retiro el casco de mi cabeza, miro a Sophia la cual me mira preocupada.

—Tranquila, ya estamos casi llegando a mi casa. 

—Es peligroso _____, ambas sabemos el riesgo que corres si alguien se entera de quien eres en verdad. Denunciarían a papá, primero porque son carreras ilegales, segundo porque hay menores de edad involucrados y tercero porque creerán que todo esto es arreglado—.

—Lo sé, todas esas cosas tu padre acepto cuando empecé a correr fue un trato. El me dejaba participar solo si nunca me quitaba el casco y yo le dije que no ganaría todas las carreras para que no pasara lo ultimo, aunque a veces es muy difícil, son muy tontos los que concursan.

—¿Por ejemplo?— pregunta irónica y yo solo rio.

—Finn— ella se ríe aun mas fuerte.— ¿de que te ríes?, es un patán mujeriego, solo piensa en popularidad y en estar con las porristas.                            

—¿Celos?—pregunta Sophia estacionándose.

—No, iuhg. Solamente me da cosa, el era un chico muy lindo y dulce, ahora solo en un superficial de mierda.

—¿Así ves a tu primer amor?— me bajo rápidamente del auto y ella me acompaña.

—Solo porque fue mi primer beso no significa que sea mi primer amor, si fue muy tierno y todo, solamente que me hizo mucho daño y lo sabes.

—Perdón, por hacértelo recordar.— caminamos para detrás de mi casa- solo que a veces hablas como si lo odiaras, digo yo también lo odio y todo.

—Lamentablemente, pero no hablo desde el odio hablo de lastima, se volvió un bully hacia las personas las cuales siempre estuvieron para el. —Sophia sostiene la escalera la cual esta ubicada por la ventana de mi cuarto— Nos vemos mañana, cuídate mucho.

De un beso en la mejilla me despido de Sophia, la cual me abraza para después dirigirse a su auto, con sumo cuidado subo por las escaleras hacia mi cuarto.

[...]

—Buenos días estudiantes. —habla la profesora de historia mientras me acomodo en mi silla, miro a mi lado y encuentro una Sophia casi durmiendo, la trato de despertar con un pequeño golpe por debajo de la mesa.

𝐋𝐚 𝐀𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚/ 𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝 𝐲 𝐭𝐮/ Remasterizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora