La ira se apoderaba de él, las cartas de ese hombre no paraban de llegar, hacerlo sentir como si estuviera en el más profundo del abismo. Lo odiaba, había estado ahí una vez, cuando Dios proclamó que debía pagar por los pecados de Eva al haber sido creado de ellos.
Había pasado decadas preguntándose si su destierro solo se debía a la envidia de Dios porque Lucifer había creado al Ángel más bello de todos.
Azariel estaba en un punto en no saber si seguir con las ganas de una pronta venganza hacia la descendencia de Eva, había pasado tanto tiempo buscando rastros de ella y solo llegó a la conclusión de que no podía hacer un fin de mundo, matando a todo ser humano de la faz de la tierra.
Ganas no le faltaban, pero eso solo significaba acabar con todas esas bellas personas que le han dado la mano.
Arrugó la décima novena carta de la semana, aquel hombre se había empeñado de amargarle la vida, no sabía exactamente que hacer, no tenía idea de los planes de esa persona ni mucho menos que quería hacer con él.
—Puros disparates.— La mención de una posible recuperación de sus alas estaba plasmada en papel, pero sólo sucedería si él seguía con los planes de Tougo Sakamaki. El pensar que podría volver a sentirlas le hizo casi tomar una decisión apresurada, se convenció de que no era más que otra mentira—.
Se miro al espejo frente a él, su torso pálido y delgado al descubierto lo recibía, volteo un poco mirando su espalda, nos grandes cicatrices yacían plasmadas en su piel, ese era solo el recordatorio del porque debía encontrar a Eva y asesinarla.
Pero ya no tenia sentido, había pasado tanto tiempo, su padre aseguraba que un día la sangre de la primer pecadora correría por las venas de una chica, solo que no sabía cuando eso pasaría.
Tougo aseguraba completamente que le ayudaría a la recuperación de sus alas y su venganza contra Eva, solo si él colaboraba con sus planes. Ciertamente sabía que poco podía confiar en esa persona por no decir nada.
Soltó un amargo suspiro, se sentía cansado, la primera y última vez que se sintió así fue cuando pasó un mes entero vagando por la tierra sin nada, con sus alas recién cortadas y su pureza arrebatada.
Un pequeño murciélago entró por su ventana dejando una carta sobre su mesa, un suspiro lleno de agobio salió de sus labio antes de abrir el sobre blanco.
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Es curioso ver lo mucho que intentas ignorarme, pero no es algo que este dispuesto aceptar Azariel. Soy un hombre de palabra, pienso cumplir con lo que estoy prometiendo solo si me ayudas con mis planes.Tus alas fueron exhibidas como una obra de arte en el Museo Nacional de Tokio, fue evaluada por casi dos millones de dólares, impresionante como el ser humano busca ser más devoto a alguien que no saben si existe.
Para tu suerte, las he comprado, mas no te las daré, cumple con mi peticion y tus alas volverán a tu espalda, niega te y las colgare en la pared de mi Oficina.
Solo te pido que pases una buena temporada con mis hijos, no tiene que ser ahora, puede ser en unos años.
Si lo haces, no sólo tus alas te serán de vueltas, sino que la vida de la nueva Eva se pondrá en tus manos.
Tu padre esta muy emocionado por saber que decisión vas a tomar, si dejar pasar por alto esta increíble oferta que te estoy poniendo delante de tu nariz o simplemente aceptar.
No es muy complicado.
Solo debes hacer que mis hijos te quieran, confíen en ti y te sean fieles, yo sugiero que empieces pronto, tomara tiempo ganar su confianza y mucho más su amor.
No debes preguntar exactamente mis objetivos con esto, no es necesario, solo has lo que se te pide que la recompensa llegará a ti. No voy a mandar en los futuros sentimientos que puedas crear por ellos, por mi sería lo mejor.
Con un abrazo lleno de miseria se despide KarlHeinz Sakamaki.
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—¿Mis alas fueron exhibidas?— Murmura lleno de ira—.
Sabia que Dios lo odiaba, ¿pero tanto era así para tirar sus alas a la tierra y dejar que el ser humano las compre y las venda como un trofeo o mercancía? Una explosión de ira estrelló contra el espejo rompiendolo, esto era el colmo, nunca había tomado represalias contra los Ángeles del cielo y su creador, pero esto era mucho.
Jamás había sentido tanto odio en su vida como en ese momento. Había sido criado con el don del perdón, ¿pero como podría perdonar semejante desfachatez? Un completo fiasco, una mentira.Siempre creyó que cielo buscaba ocultar cosas como sus verdaderas formas o su miserable existencia, dando el beneficio de la duda, pero ¿esto? Tirar sus alas como basura, demostrarle al ser humano que lo que llaman el "paraíso" y su gente buena, no es más que una mentira.
—¿Que los diferencia de los humanos? No... ¿Que los diferencia de los pecadores?— murmura apretando su quijada—.
Esto era absurdo, insolencia. Si sus dudas con su venganza había existido en algún momento, ahora sólo era el amargo recuerdo de lo que creyó que estaba mal, su situación cambiaba el hecho de estar mal, por supuesto que no, la diferencia que ya no importa si acaba con su poca e inexistente pureza como "Ángel".
Él nunca fue un Ángel, ser creado por Lucifer, el rey del inframundo, utilizando como base los pecados de la primera mujer, no lo hace Ángel.
Fue un tonto si creyó serlo alguna vez. Si tenía que hacer un apocalipsis lo haría, su sed por la venganza empezaba a cagarlo, pero no tenía intenciones en recapacitar y ser un buen chico.
Que se jodan la gente buena.
—Dios? Joder, si me escuchas, aunque lo dudo, no se cuanto me tome, pero si mi padre no logró terminar su revolución, yo si.
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Prohibido | 𝙳𝙸𝙰𝙱𝙾𝙻𝙸𝙺 𝙻𝙾𝚅𝙴𝚁𝚂
FanfictionDios abandona, Dios perdona y Dios olvida. Dios me abandono, Dios me olvido, pero Dios no me perdono. Bajo la fría noche en invierno, cuando los árboles pierden sus hojas y todo se pinta de un suave y confortante blanco. El calor del líquido carm...