capítulo 8

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Era curiosa la forma en la que estos hermanos se trataban, no era precisamente un buen trato, más bien parecían completamente ajenos a su lazo

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Era curiosa la forma en la que estos hermanos se trataban, no era precisamente un buen trato, más bien parecían completamente ajenos a su lazo.

El silencio en el espacio me incomodaba, lo era aún más al sentir la mirada verdosa de el de sombrero, pero aún así era capaz de ignorarla. Dejaría de sentirme tan tenso si las risas fuera de si de Kanato Sakamaki dejaran de ser lo único que se escuchaba, aparte de mi respiración, no había ni un sonido más.

Aunque era obvio, eran muertos, no necesitaban respirar de ninguna forma, tal vez subían y bajaban su pecho más por costumbre que por necesidad.

No es que yo necesitara respirar, es decir, no lo hacía hasta mi expulsión, muchos aspectos de mi cuerpo habían cambiado con el paso del tiempo, mi cuerpo me exigía comida cuando antes no era así, y pesar de que no necesitaba dormir, le había tomado el gusto de hacerlo.

Baje mi mirada hacia mi manos, las cuales movía y jugaba con ellas con nerviosismo, no me gustaba estar aquí, había sido chantajeado por el padre de estos chicos, era molesto ver cómo me tocaba callar para poder obtener lo que se me fue arrebatado hace tanto tiempo.

Aprete mis labios con sentimiento que no supe entender, no se si era la tristeza viéndome o si la rabia jugaba conmigo, pero quería acabar con todos.

Aun así, la charla que había tenido con Reiji se había hecho amena, me había de cierta forma escuchado y yo a él, tal vez habíamos formado un pequeño y débil vínculo sin darnos cuenta, pero sin duda me había hecho sentir cómodo con su presencia.

No crei que me hubiera metido tanto en mis pensamientos hasta que un toque en mi hombro me hizo salir de ellos. El más joven de los hermanos me veía con el seño fruncido, pero había algo más ahí, algo que intentaban esconder de mi; preocupación.

—¿Que sucede Subaru-Kun? — Sonreí un poco, algo que lo hizo fruncir aún más su seño—.

—Llegamos.

Mire un poco a través de la ventana de la limusina, ¡era cierto! No se en que momento habíamos llegado, pero los seis hermanos estaban parados cerca de la puerta del auto mientras eran rodeados por un grupo de chica que gritaba emocionadas.

—oh! No lo había notado, gracias Subaru-Kun.— Mire en agradecimiento al chico albino, quien soltó un chasquido de lengua para luego salir cerrando la puerta en el procesó, dejándome solo—.

Suspire agobiado, quería tomarme un poco más de tiempo para pensar, pero al  notar que los chicos me estaban esperando pacientemente afuera, decidí no hacerlo.

Tome la pequeña maleta de cuero del suelo, abri la puerta para salir, era obvio, el silencio se estableció cuando hice mi presencia notar. Mis mejillas empezaron a doler cuando ya no soportaba la sonrisa tan irritable que tenía en mi rostro, pero seguí forzando la aún más cuando escuche los murmullos.

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