Dios abandona, Dios perdona y Dios olvida.
Dios me abandono, Dios me olvido, pero Dios no me perdono.
Bajo la fría noche en invierno, cuando los árboles pierden sus hojas y todo se pinta de un suave y confortante blanco.
El calor del líquido carm...
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Las creencias creadas por el hombre para adular a alguien o algo, daba igual si no sabían que existía, creían ciegamente en el todo poderoso, los egipcios con sus dioses al igual que los griegos o los vikingos. La historia de la humanidad era basada en las creencias hacia seres divinos, pero había uno en específico que se alzaba entre todos.
Dios, Yahvé, todo poderoso, Ala, conocido por innumerables nombres, pero todos eran hacia un solo ser. Ningún humano en vida podría llegar a saber sobre su existencia, a menos que su destino sea llevado por los rumbos de la tragedia, y se vea involucrado con los demonios.
Azariel, tan sólo un joven Ángel, embellecido por las grandes asañas contadas del grande, quería formar parte de su ejército divino, sin saber que estaba buscando una condenada vida llena de dolor y sufrimiento.
Sentir como la mano fuerte de unos de los vampiros tomaba su cuello tan duro que era posible que pudiera romperlo si solo fuera un humano común, pero Azariel sabia bien que su cuerpo pese al no ser el de un humano promedió, se vería fácilmente lastimado por la fuerza de uno de estos seres.
Bajo sus ojos molestó, su cuerpo se estaba tornando cada vez más debil de lo que ya era, no le gustaba, aquella sensación de ser la presa, la odiaba.
Casi como si fuera su mente leída, la mano de Shu se interpuso entre Ayato Sakamaki, su rostro estaba serio, tanto que creaba un escalofrío con tan solo verlo.
--Es suficiente.- Demandó, Ayato quedo pasmado al igual que los demás, se confundió por tal muestra de dominancia por parte de su hermano mayor, un hecho totalmente extraño-.
--Tsk.-- Chasqueo su lengua con enfado. Quito su mano del cuello de Azariel, para luego irse sin siquiera decir sus clásicas palabras cargadas de soberbia--.
--Are~ Shu-kun parece muy enfadado, no creoo que tengas el solo derecho de hacerte con el perro~.-- Laito hablo con su típico tono de voz, pero casi como si fuera otra persona, su expresión se ensombrecio--. Eso... Me molesta.
Uno más de sus hermanos que decidió retirarse antes de perder su orgullo. Laito deseaba ansiosamente el tomar de la sangre del muchacho, su curiosidad por saber que es lo que había ocasionado tal cambio en su hermano mayor, era fuerte.
Reiji quien la dominancia mostrada por su hermano mayor le irritó de sobre manera, acomodo sus lentes para luego retirarse del cuarto sin decir ni una sola palabra.
--Maldición.-- Subaru susurro de igual manera molesto, pero su molestia no era provocada por no poder tomar sangre del supuesto humano, no era por algo más. Se retiro, no sin antes dejar un "pequeño" hueco en la pared--.
--Teddy no está contento, verdad~ teddy?
Una vez que fueron dejados solos, Shu soltó un suspiro cargado de irritación, Azariel en el tiempo que llevaba ahí, nunca lo había visto de esa forma.
