También morí

20 1 3
                                    

Me levanté del piso y limpié todo, lavé mi droga y salí del baño.

Me acosté en mi cama pensando.

"¿Qué mierda pasa conmigo?"

El sueño no venía a mí, así que decidí poner alguna canción. Soy una persona demasiado masoquista así que puse "yellow- Coldplay"

Sólo mire al techo y pensaba millones de cosas.

"¿Por qué papá?","¿por qué no yo?","si diera más de mi misma, tal vez mamá estaría aquí, tranquila","¿por qué nunca soy suficiente?","¿seré yo el problema?",
"¿y si me voy?".

Las lágrimas no paraban de caer por mis mejillas y me asustaba el hecho de quedarme totalmente seca.

Las canciones pasaban y pasaban, al igual que las horas, y a pesar de eso, ya no me sentía viva.

Yo también había muerto

En el momento en que papá murió, algo dentro de mí también murió, y no me había dado cuenta hasta éste momento.

La niña alegre que reía por todo y se expresaba sin miedo se había ido con papá, la niña que luchaba por sus sueños y por salir adelante, se la estaba llevando mamá.

Literalmente estaba muriendo, pero cómo no había sangre, nadie se preocupó.

Después de unas horas logré conciliar el sueño. Y ahí quedó, la última vez en la que "Madisson Williams" sería la de antes. Esa chica se había ido. Ahora sí por completo.
___________________°°°°°___________________

Me despertó el sonido de la alarma y recordé que tenía algo que se llama "escuela".

Me levanté rápidamente y me dirigí al baño, al verme en el espejo noté que mis ojos estaban completamente hinchados y mis brazos, ni hablar.

Entré a la ducha y me dí un baño rápido, me puse un pantalón ancho y un saco que era de papá, algo que me cubriera por completo los brazos.

Bajé y agarre mi mochila, justo en el momento que iba a salir me llegó un mensaje.

Jayden

-pequeña, hoy voy por ti, pasame tu dirección.

No es necesario, gracias.-

-sin excusas.

Bien. *dirección*-

-nos vemos en cinco.

Wow, que emoción.-

Como el mismo dijo, a los cinco minutos la puerta de mi casa se hizo escuchar.

-Hola pequeña amargada.

-hola.

-¿No me vas a presentar a tú madre?

-no, está trabajando.- mentí

-oh, okey, pero me la tendrás que presentar, tengo que darle una buena impresión a la suegra.

-primero, nunca darías una buena impresión ni porque lo intentaras- me echó una mirada de indignación- y segundo, mamá nunca será tu suegra.

-se vale soñar- respondió él sonriendo.

-como digas.

-pequeña, no creo que haya más frase en el mundo que tu repitas que "como digas"

-estamos llegando tarde- salí de casa y estaba haciendo demasiado calor.

Mi pequeño gran desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora