¿la conozco?

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Jayden

Me estaba arreglado para ir por Madisson y luego dirigirnos a la fiesta

-¿Crees que le guste el azul rey?- le pregunté a mi madre sobre el color de la camiseta

-No lo sé hijo, tu la conoces, no yo.

"¿La conozco?"

Ahora que mamá me decía eso, me daba cuenta que en realidad no conocía a Madi, ella solamente en un momento de impulso me contó sobre su padre, pero, ¿realmente la conocía?, nisiquiera podía descifrar si le gustaría una camiseta cor azul rey o un blanco básico

¿Por qué es tan complicado?

-Buen punto- fue lo único que salió de mi boca cuando volví a la realidad.

-Pero, desde mi punto de vista como madre y como mujer, digo que te queda mejor la blanca, es solo un punto de vista.

-Gracias mamá, por eso te amo.

Volví a mi habitación a cambiarme y terminarme de arreglar para ver a Madi, es decir, para ir a la fiesta, claro.

Salí de la habitación dirigiéndome a la puerta de la casa.

-Adiós, nos vemos más tarde, los quiero- me despedí en general y salí de la casa.

Al llegar a casa de Madi los nervios me consumían, así que dure ahí un tiempo pensando si debería tocar la puerta.

Toqué ligeramente la madera y abrió una señora bajita, con ojos cafés oscuros y cabello negro, igual al de Madi.

-Muy buenas noches, vengo buscando a Madisson.

-Claro, ella bajará en un momento, ¿quieres pasar?

-Si, muchas gracias.

Al entrar a la casa ví varios recuadros de Madi con su madre y el que supongo que era su padre. Se veían bastante unidos.

-¿que edad tienes Jayden?

"¿Cómo sabía...?"

-Oh, sé tu nombre porque mads me habló de ti.

¡Le habló de miii!

Bueno, cálmate Jayden.

-Tengo diecisiete, señora Williams.

-Llámame Zoe

-De acuerdo señora Zoe.

Ella rió y después de eso Madisson bajó las escaleras.

Tenía un pantalón descaderado ancho y un crop top negro con manga larga. Se veía hermosa. Además de que su cabello estaba la mitad recogido y tenía un poco de maquillaje.

Que chica tan perfecta.

-Hola Jayden, ella es mi mamá, supongo que ya se conocieron.

-Claro que sí, que muchacho tan agradable, espero y sea responsable.

-Por supuesto señora Zoe, no se preocupe, cuidaré de su hija como si mi vida dependiera de ello- aseguré

-Oh no, es porque depende de ello- bromeó Madi.

-Bueno, supongo que los están esperando así que es mejor que se vayan antes de que se haga más tarde.

-Bien, adiós mamá.

Me despedí y salimos, dirigiéndonos hacía mi moto.

-¿A dónde vas?- le pregunté a Madi al ver que se dirigía hacia otro lado.

-Oh, ¿no es por aquí?.

-Claro, pero, sube primero- señalé la moto y ella abrió los ojos como platos

Mi pequeño gran desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora