Las sombras de la muerte

Interludio

Harry Potter, 2 de enero de 1994, casa de Andrómeda Black, 12:00 pm.

Después de su maratón de sexo con las humanas Black, Harry y Bellatrix se habían dado un largo baño y se dispusieron a cenar. "Que agradable de Andy por haberle lanzado un hecho a la comida para que no se enfriase", dijo Bellatrix, tomando un bocado de su comida.

Para el desagrado de Harry, Narcissa se habia tenido que regresar hacia ya algunas horas a la mansión Malfoy para no levantar sospechas. Dejando solo a Harry con Bellatrix y Andrómeda. "Sí, espero y Dromeda se recupere pronto", comento Harry, Andrómeda se habia quedado completamente dormida. "¿No me abre sobrepasado con ella?"

Bellatrix negó con la cabeza. "Era lo que ella necesitaba un buen follón", aseguro Bellatrix.

Harry y Bellatrix fueron interrumpidos por Andrómeda quien entro en la cocina, la hermosa mujer se miraba hecha un desastre, Andrómeda tenía el cabello desordenado y tan solo vestía con una bata de seda. "Mira quien decidió despertarse", saludo Bellatrix a su hermana.

Andrómeda se tornó roja de vergüenza al mirar a Harry. "Fue real", pregunto Andrómeda, con las mejillas ligeramente rojas.

"Lo fue", aseguró Harry, guiñándole un ojo.

"¡Oh por Merlín!, lo que hicimos estuvo mal, yo, yo debí ser poner resistencia y no acceder a mis deseos carnales", dijo Andrómeda, sintiéndose culpable. "Que diría tu abuela Dorea de mí, que dirían tus padres sobre mí, he dormido con un joven que bien podría ser mi hijo."

Harry coloco su taza de café en la isla de la cocina y camino hacia Andrómeda. "Tranquilízate, Dromeda", dijo Harry, tomando a Andrómeda de los hombros. "No hiciste nada malo, nadie pensaría nada horrible sobre ti."

"Pero, pero", Andrómeda seguía sorprendida por lo que habia ello.

Harry la tomo de la mano y la llevo hasta la isla donde hizo que Andrómeda tomara asiento. "Yo quise hacerlo contigo y tus hermanas, fue mi decisión estar con ustedes, ninguna de ustedes tres me obligo a algo. Bien puede tener cualquier bruja de mi edad en Hogwarts no lo hice, porque ustedes tres son perfectas, en todos los aspectos."

Harry le sirvio una taza de café a Andrómeda y la mujer la bebió tranquilamente. "Andrómeda, tienes que aceptar que ese fue el mejor sexo que has tenido en toda vida", dijo Bellatrix, sonriendo ampliamente.

Andrómeda se sonrojo y se ahogó con el café, por el comentario de su hermana. Harry recordó las palabras que Narcissa le habia dicho a Harry sobre Andrómeda ya hacia algún tiempo. "De nosotras tres, Andrómeda siempre ha sido la más sentimental", habían sido las palabras de Narcissa.

"Dime que no te gusto, Dromeda", comenzó Harry, tomando la mano de Andrómeda con cuidado y gentileza. "Dime que no sentiste lo mismo que yo, dime que no te sentiste amada y te dejare en paz."

Andrómeda tartamudeo y se sonrojo como una doncella. "Me sentí amada después de mucho tiempo", susurro Andrómeda en voz baja.

Harry sonrió triunfante por dentro, él se llevó la mano de Andrómeda a sus labios y Harry le planto un beso. "Pues de ahora en adelanté así serán todas tus noches", le aseguro Harry a Andrómeda. "Te adorare como te lo mereces y mucho más."

De pronto la hermosa bruja mayor comenzó a derramar lágrimas. "No sé qué decir, Harry", murmuro Andrómeda.

"No tienes que decir nada", aseguro Harry, soltando las manos de Andrómeda y tomando su rostro, con sus pulgares Harry le limpio las lagrimas y tomo su rostro para que ella lo mirase. "Tan solo disfruta lo que te doy, no te tiene que importar nada más, eres libre de Ted y sus engaños."