Las sombras de la muerte

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Lugar desconocido, ¿?, Harry Potter

Al igual que aquella ocasión en el tren de Hogwarts, Harry nuevamente después de desmayarse se despertó en un lugar que no conocía. Esta vez no estaba a las orillas de un río o en algún salón con flores naranjas en el suelo. En esta ocasión él estaba en un Partenón, en la cima de una montaña, Harry observo las enormes columnas de mármol y la gigantescas puertas frente a él.

Desde donde él se encontraba solamente se podían ver kilómetros y kilómetros de desierto, arboles muertos y retorcidos. El cielo era de color rojo como la sangre y habia un eclipse solar que daba un aura escalofriante al mundo. Harry observo como del eclipse caia una luz a la tierra, como si el sol se estuviera derritiendo.

No habia viento, ni sonido alguno en ese lugar, era como si él no necesitara respirar donde se encontraba. Harry miro los escalones del Partenón y observo como miles y miles de escalones para descender.

"Solo espero que ella no me haga tener que bajar" dijo Harry. Con un suspiro él se dio la vuelta y las puertas del Partenón estaban abiertas.

"Por qué no puedes simplemente aparecer frente a mi" pensó Harry con amargura, sabiendo que la muerte le gustaba ser extravagante.

Harry se adentró en el Partenón y las puertas se cerraron detrás de él, las antorchas iluminaron el lugar y Harry observo una gigante escultura de la muerte frente a él, ella estaba esculpida con túnicas que ocultaban su rostro, sus brazos estaban extendidos y un par de alas estaban desplegadas. Pero lo más llamativo era que la escultura de la muerte no estaba hecha de mármol, la escultura de dieciocho metros estaba hecha de piedra negra que le daba un aspecto más tétrico.

Harry camino durante un tiempo hasta que estuvo a un par de metros de la colosal escultura y un trono hecho de obsidiana. "Si, me has traído aquí mínimo, ten la decencia de estar presente" gruño Harry, no queriendo mostrar que tenía un poco de miedo.

"Puedo oler tu miedo, cariño" la dulce voz de la muerte resonó en el Partenón. "¿Le temes a lo que vez?"

"Es un poco egocéntrico de tu parte construir un Partenón para usted misma" señalo Harry.

Una mano cálida le acaricio el cabello a Harry. "Puedo escuchar los latidos de tu corazón" aseguro la muerte riéndose de él. "¿Qué es lo que te perturba?"

"Esta hecho" dijo Harry ignorando la pregunta de ella.

"¿Qué cosa?" pregunto la muerte, Harry escucho cientos de alas revoloteando y la muerte apareció sentada en el trono de obsidiana.

La hermosa muerte estaba sentada con una sonrisa radiante en su rostro, ella llevaba puesto un vestido morado. "La destrucción de los Horrocruxes" señalo Harry. "Riddle está muerto."

"¡Oh eso!" dijo la muerte haciendo aparecer una manzana en su mano. "Lo habia olvidado completamente." Harry observo molesto como la muerte comenzaba a comer su manzana.

"Hice lo que me ordenaste y dices que lo olvidaste" dijo Harry comenzando a impacientarse.

"¿Estás seguro que está muerto?" pregunto la muerte lanzándole a Harry una mirada fría.

Harry retrocedió dos pasos recordando que no debia hacerla enojar. "Destruí los Horrocruxes" dijo nuevamente Harry.

La muerte le dio una mordida a su manzana y miro a Harry a los ojos, él miro aquellos ojos negros como el ónix y por un momento él creyó que escucho millones de gritos de agonía. "¿Viste su cuerpo?" pregunto ella lanzando tirando la manzana al suelo.

"No" murmuro Harry, sintiéndose pequeño ante ella.

"¿Entonces por qué estas tan seguro que, Riddle ha muerto?" volvió a preguntar la muerte, Harry no puso que responder así que ella continuo. "Destruir tres Horrocruxes no significa nada."