No hagas cosas buenas que parezcan malas

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19 de agosto de 1994, Dartmoor, Gran Bretaña, Harry Potter.

"Son mortífagos", señalo Sirius frunciendo el ceño.

El ambiente decayó y Bellatrix tenía un aura asesina a su alrededor. "Debemos irnos antes de que vengan aquí" dijo Andrómeda preocupada.

Harry estaba de acuerdo con ella, al final Harry sus tías, Nymphadora y Sirius salieron de la tienda a toda prisa, por otro lado el Sr. Weasley junto con sus hijos mayores salieron junto con Hermione, Ron y Ginny.

A la luz de los escasos fuegos que aún ardían, Harry pudo ver a gente que corría hacia el bosque, huyendo de algo que se acercaba detrás, por el campo, algo que emitía extraños destellos de luz y hacía un ruido como de disparos de pistola. Llegaban hasta ellos abucheos escandalosos, carcajadas estridentes y gritos de borrachos. A continuación, apareció una fuerte luz de color verde que iluminó la escena.

A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas. Harry entornó los ojos para distinguirlos mejor. Parecía que no tuvieran rostro, pero luego comprendió que iban tapados con capuchas y máscaras. Por encima de ellos, en lo alto, flotando en medio del aire, había cuatro figuras que se debatían y contorsionaban adoptando formas grotescas. Era como si los magos enmascarados que iban por el campo fueran titiriteros y los que flotaban en el aire fueran sus marionetas, manejadas mediante hilos invisibles que surgían de las varitas. Dos de las figuras eran muy pequeñas.

Bellatrix estaba más que furiosa. "¡Malditos bastardos!", gritaba Bellatrix lanzado hechizo prohibidos a los mortífagos.

Rayos rojos y azules salían disparados de la varita de Bellatrix y los cuerpos sin vida caían al suelo, algunas cabeza salían desprendías por los hechizos de Bellatrix y otras explotaban como calabazas.

Bellatrix llamo la atención de sus excompañeros y estos vinieron hacia ellos lanzando hechizos, mientras corrían desviaban los hechizos. "Felicidades, estúpida bruja, les has hecho saber dónde estamos" gruño Nymphadora desviando un Bombarda que iba dirigido hacia Harry.

Por doquier habia gente corriendo y gritando despavorida y no ayudo que Bellatrix gritara y se riera de manera desquiciada. Corrieron y corrieron de las personas que flotaban en el aire y lanzaban la maldición asesina, pasaron por una tienda en llamas, y Harry reconoció a una de ellas: era el señor Roberts, el gerente del cámping. Los otros tres bien podían ser su mujer y sus hijos. Estaban tendidos en el suelo sin vida.

Hermione y Ginny llegaron a toda prisa, poniéndose la bata sobre el camisón, al ver los cuerpos sin vida las dos gritaron despavoridas, pronto llego el señor Weasley detrás. Al mismo tiempo los chicos Bill, Charlie y Percy, completamente vestidos, arremangados y con las varitas en la mano.

"Vamos a ayudar al Ministerio", gritó el señor Weasley por encima de todo aquel ruido, arremangándose él también. Vosotros id al bosque, y no os separéis de Lord Black y de Harry, al terminar iremos a buscaros."

Bill, Charlie, Percy y Nymphadora se precipitaron al encuentro de la multitud. El señor Weasley corrió tras ellos. Desde todos los puntos, los magos del Ministerio se dirigían a la fuente del problema. La multitud que había bajo la familia Roberts se acercaba cada vez más.

"Hay que irnos" dijo Sirius, Fred cogió a Ginny de la mano y tirando de ella hacia el bosque.

Ron, Hermione y George los siguieron. Al llegar a los primeros árboles volvieron la vista atrás. La multitud seguía creciendo. Distinguieron a los magos del Ministerio, que intentaban introducirse por entre el numeroso grupo para llegar hasta los encapuchados que iban en el centro: les estaba costando trabajo.

Las sombras de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora