Viejos y nuevos caballos de guerra

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Campamento militar 87

Batallón Martínez de la torre

06:44 AM

Siendo una mañana fresca en la ciudad de Martínez podemos apreciar el cómo dos soldados se encuentran realizando guardia a tempranas horas de la mañana todo mientras conversaban entre ellos

-Que hueva esto

-Lo sé, además tener que hacerlo con este clima – mientras se servía una bebida – por lo menos aquí tengo café calientito ¿quieres?

-No te preocupes ya no falta para que empiece a ser calor, pero si dame un poco para empezar a entrar en calor, pero no creo que esto sea un problema

-Ese no es el punto, porque debemos de hacer guardia nosotros

-Sera porque era nuestro turno o tal vez porque durante la prueba de tiro casi le das un tiro al instructor

-Jejeje sí estuvo cagadisimo el cómo grito

-Entonces deja de quejarte que tú mismo te buscastes esto

-Si pero dime quién demonios va a venir a este lugar a esta hora

-Pues...

Pero la charla se detendría cuando de repente en la entrada del campamento llegara un ajetreado y cansado joven que parecía haber corrido

-Dis... disculpen... me... me podrían ayudar

-Calma muchacho y respira parece que te vas a desmañar

-Lo... lo siento... señor pero me dijeron que

-¿Qué cosa muchacho?

-Me dijeron que en este lugar me pueden ayudar para enlistarme al ejército

-Un voluntario he, bueno al ejercito nunca le cae mal un nuevo recluta pero dime tienes todos los papeles necesarios

-Sí señor, los tengo

-Bueno entonces sígueme para empezar

Pero de un momento a otro dos jóvenes más aparecerían cada uno igual de ajetreado que el primer que había llegado

-Disculpe

-Deseo enlistarme

-¡¡¡Oye!!! ¡¡¡Yo llegue primero!!!

-¡¡¡NO ES CIERTO!!!

-Ok ok calmémonos un poco

-SI no hay problema aún hay mucho espacio dentro del ejército así que cálmense por que podemos

Pero antes de que pudiera continuar un ruido se haría presente para todos, el ruido de pisadas, varias de ellas por lo que queriendo saber la respuesta uno de los soldados saldría del lugar para saber que sucedía lo cual obtendría la respuesta rápidamente cuando con shock y asombro vería como de la calle cientos de jóvenes vendrían corriendo en dirección del campamento.

Una tras otros más y más jóvenes llegarían todos y cada uno de ellos queriendo saber el cómo unirse al ejército, la situación era complicada y rara al mismo tiempo al punto en que los dos soldados había solicitado ayuda. Ahora en una improvisada mesa que fungía como lugar para atender a los recién llegados.

-¡¡¡MUY BIEN CALMENSE Y FORMEN UNA SOLA FILA!!!

-¡¡¡TODOS TENGAN SUS PAPELES LISTOS!!!

-¡¡¡DE UNO A UNO NO EMPUJEN Y MANTENGANSE QUIETOS!!!

-¡¡¡SANTO CIELO QUE ESTA SUCEDIENDO!!!

Y es que sin saber para los saldados de dicho campamento ellos no eran los únicos que pasaban por ello, pero tal vez si fueran los primeros.

La nueva fronteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora