Capítulo 1.

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07:15 am Lunes 6 de abril de 2015

-Hija hoy conocerás a mi socio, bah un gran amigo mío, Luccio Cohen- dijo mi padre, mientras bebía tranquilamente su café matinal, sin mirarme y con toda su atención a su diario favorito.

- Oh, ¿Tendré que ir a la empresa después del colegio?- contesté mientras me estiro por una tostada.

-No- dice seco y aun sin mirarme - Esta noche iremos a cenar con él - de repente baja en diario, me mira y continúa - Vístete elegante, quiero que estés presentable- luego, sube el diario continuando con su lectura.

- ¡Papá no digas eso!- me quejo - Siempre estoy presentable y tampoco seas tan exagerado ¿Qué cosa hay con ese hombre? ¿Por qué estás tan preocupado en cómo luzca?-pregunte bastante intrigada.

El ríe al principio, pero no sé si es por mi berrinche, o por lo que está leyendo en el diario -Mi niña solo hazme caso y no digas "ese hombre" di Luccio porque ese es su nombre ¿Esta bien? - Contesta enfatizando la última palabra, pero sin mirarme.

- Esta bien - digo con pesadez -ahora, lo importante y por lo cual estoy ansiosa en preguntarte...

- Espera - me interrumpe mi padre, dejando de lado su lectura - déjame adivinar ¿Es sobre tu cumpleaños, verdad?

- ¡Sí! - chillo - como ya sabes, quiero faltar ese día al colegio y hacer una fiesta acá, en casa - dije emocionada y levantando mis cejas.

- Lo sé, lo sé, pero no vas a poder hacerlo, porque ya te tengo preparado algo - me dijo algo culpable, pero mostrando su sonrisa compradora, que siempre lograba hacerme cambiar de opinión, o simplemente aceptar sus planes.

- Pero...- no me deja terminar.

- No, Mia - dice algo enojado - no harás nada, porque ya tengo algo especial para ti preparado.

Con enojo y resignación respondo - Como el Señor desee. Solo espero que me sorprenda, mucho - me levanto de la mesa enojada, pero antes pongo una excusa para poder terminar ahí la charla - Se me hace tarde para ir al colegio. Nos vemos en la noche padre. Adiós - cargo mi mochila en mi espalda y me voy azotando la puerta.

Voy caminando hasta el colegio, ya que solo me queda a 5 cuadras. Las cuales siempre las eh cruzado sin problemas, pero hoy fue la excepción. Puesto que a 2 cuadras del colegio casi me choca un auto.

- ¡Hey! ¿Qué te pasa? ¿Acaso no ves que esta en rojo? - enfurecida me levanté y pateé la trompa del auto. Al segundo que hice esto, el ocupante del auto baja.

- ¡Oye! Tranquila. ¿Lo siento si? Pero no seas así de agresiva con mi auto - dice sonriendo, lo cual me enoja más ¿acaso todo esto le causa gracia o qué le pasa?

- ¿¡Cómo quieres que me tranquilice si casi me matas?! - le grito cuanto puedo, ya que fue el quien cuando apenas me vio arrancó. Gracias a dios, apenas me empujo al suelo y se le dio por frenar.

- Lo siento pe...- no termina de hablar porque el semáforo se pone en verde y los autos de atrás comienzan a tocar bocina. A él no le importa solo sube un poco la voz y continua - Solo lo siento ¿Quieres que te lleve a un hospital o algo? - dice algo apenado.

- No, gracias, pero hazme un favor ¡Vete al diablo maldito estúpido! - seguido de esto levante mi dedo del medio, me di la vuelta y seguí mi camino, como pude, ya que me había raspado la rodilla debido al golpe y empezaba a cojear un poco. El hombre hizo lo mismo solo que en su auto, con el cual casi me mata creo que tendrían que quitarle el permiso de conducir, aunque lo perdono porque era muy atractivo. Dios, "atractivo" le queda corto ese chico, era realmente sexy, con esos ojos verdes penetrantes, ese pelo castaño algo alborotado, ni hablar de cómo era físicamente, alto 1,80 diría yo, ya que me llevaba una cabeza. Pero lo más cautivante era esa maldita y endiabladamente sexy sonrisa torcida. Recordar aquello hacia que mordiera inconscientemente mi labio inferior, podría dejarme hacer lo que quisiera por él. ¡¿Pero qué estoy diciendo?! Debo calmar mis hormonas, tengo que concentrarme en lo que tengo que hacer ahora, que es ir al colegio, me dije a mi misma.

Psicótico AfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora