Venganza

VIII - Cena con los Kim

Estaba sentado en el suelo con mi computadora investigando sobre la vieja casa de mi familia, la que había quemado con mis padres adentro y al parecer estaba en rebaja por lo mismo hace muchos años así que dentro de unos días iría a visitarla, tal vez comprarla.

Mientras hablaba por teléfono con las personas de la mudanza me ponía de acuerdo con los agentes de bienes raíces hasta que el timbre sonó haciendo soltar un suspiro.

-Yo los llamo después

Dije tomando el teléfono para colgar y cerré mi laptop, me levanté para dirigirme a la puerta y abrirla topandome con Jin quien sostenía un pie en la mano con algo de helado arriba.

-En el vecindario ronda el rumor que el camión de mudanzas no ha traído tus cosas, así que mi esposo y yo pensamos que seguramente no tenías en donde cocinar así que te traje esto...

Sonrió mientras acercaba el postre a mi.

-Es muy lindo el detalle pero, tengo suficiente dinero como para salir a comprar comida.

Detuve sus manos mientras le sonreía amablemente.

-No es lo que quise decir, simplemente que al mudarte gastas mucho y entre vecinos nos ayudamos

Habló con un tono de voz amable, donde estaba lo insoportable que era cuando abría la boca para decir estupideces?

-Te lo agradezco pero, asi como no tengo para cocinar mucho menos para conservarlo hasta la noche

Dije viendo el helado que empezaba a derretirse.

-Oh! Que tonto soy...

Agachó la cabeza avergonzado.

-Lo siento por eso... Yo... Sabes que?

Levantó la mirada.

-Te invito a cenar con nosotros, estoy seguro que mi esposo lo entenderá y incluso, podría convencerlo para que te quedes con nosotros hasta que llegue tu cama, que te parece?

Sugirió con una leve emoción, ante la propuesta me di cuenta que tendría varias oportunidades para distintas cosas al acceder, si aceptaba estaría más cerca de ellos, los estudiaría y sabría mejor como atacarlos para hacerles sufrir, ya saben lo que dicen, mantén de cerca a tus amigos pero aún mucho más cerca a los hijos de puta que te jodieron la vida para poder aprovecharlo y acuchillarlos por la espalda.

-No quiero ser una molestia...

Hablé para que no fuera sospechoso.

-Ninguna de hecho, mi esposo y yo nos gusta ayudar a los demás

Dijo con una sonrisa lo cual hizo que soltara una leve carcajada la cual disimule la burla que había en ella con un tono de simpatía.

-Enserio?

Ladee la cabeza, aquel desconcertado por la pregunta frunció ligeramente el ceño sin dejar de sonreír y asintio.

-Es a las ocho, nos vemos en mi casa... les vas a agradar a mis amigos

Dicho aquella sonreí, seguramente hablaba del grupo de idiotas.

-Adios....

Dije cerrando la puerta mientras el otro se iba.

-Que comience todo....

Sonreí mientras me apoyaba en la puerta imaginando cada una de las muertes, no veían venir lo que se aproximaba mucho menos tenían idea que sus días, horas y minutos estaban contados....