XIX - Namjoon

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Suspiré mientras acercaba al moreno y tomé aquel bold metálico que tenía en la cocina.

Aquel seguía asustado, pedía con desesperación que lo dejara ir, que lo perdonara, cosas que no pensaba hacer.

-Sabes?

Lo miré mientras sonreía.

-Después de todo haber sido tu mejor amigo no fue tan mierda... Serviría de algo...

Aquel asintió sin saber a que iba con eso.

-Fui tú confidente por muchos malditos años.... En ese tiempo conocí a tu yo verdadero

Dejé a un lado el objeto de metal y camine hacia las herramientas donde estaba aquella caja, tomé la tijera que se encontraba a la par para volver acercarme al moreno.

-Ese bastardo cobarde que nunca conocieron esos imbéciles

Reí mientras empezaba a cortar su camisa.

-Sé cuales son tus mayores sueños, tus esperanzas e ilusiones...

Regresé a la mesa a dejar la tijera y tomé la caja para girarme hacia el otro quien observaba callado intentando contener su llanto.

-Asi como tus miedos, debilidades y pesadillas...

Me acerqué lentamente a el, fui abriendo la caja dejando la tapa en el suelo, metí la mano para tomar aquel roedor y lo saqué.

-No Hoseok!! No! Por favor no!

Empezó a suplicar mientras colocaba a la rata de casi 18 centímetros en el vientre de aquel, tomé ahora el objeto de metal para colocarlo arriba de este, aseguré el bold metálico con la correa y lo amarre bien.

-Por favor...

Susurró mientras se asustaba aún más al sentir cómo aquel animal pasaba por su cuerpo.

-Sabes lo que es la tortura de la rata?

Pregunté ladeando la cabeza, el otro no dijo nada, solo respiraba agitado, tenía miedo de decir algo que no debiera o que si lo hacía pasaría algo peor.

-Era el castigo que empezaba cuando amarraban a las víctimas y las colocaban dentro de una caja con una abertura en alguno de los lados, aunque en la mayoría de los casos sólo eran colocados sobre una mesa...

Empecé a explicar.

-Yo tuve que improvisar

Dije viendo dónde estaba acostado el menor.

-Después se dejaban ratas hambrientas sobre el cuerpo de la víctima, pero la tortura psicológica no era suficiente...

Sonreí mientras aquel cerraba los ojos deseando que terminara tal pesadilla.

-Se calentaba la caja o el contenedor en el que eran puestas las ratas así que estas por instinto buscaban una ruta de escape.

Caminé hacia donde estaba el soplete y lo encendió para así darme la vuelta, regresé a donde estaba el otro pero ahora con una sonrisa.

-Así que el lugar más "blandito" para rascar y hacer un hoyo era la piel de la víctima....

Aquel empezó a negar con cabeza.

-Por favor no lo hagas Hoseok.... Tú eres más que esto

Empezó a llorar pero eso no me detuvo, acerqué el soplete al bold metálico el cual empezó a calentarse y con eso aquel ratón se desesperó.

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora