IX - Sweet home

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Desperté a media noche, mi garganta estaba seca haciendome toser, me levanté de la cama para ir a la cocina a beber bastante agua, parecía estar deshidratado.

Suspiré después de terminar mi cuarto vaso de agua, me sequé los labios y regrese el recipiente a su lugar, después caminé hacia las escaleras recordando el álbum de fotos que había mostrado que al momento de aguardar pude ver el anuario de la preparatoria.

Di un gran respiro viendo si de aproximaba alguien y me regresé para caminar hacia la biblioteca que tenían en la sala con unos gabinetes abajo, me agaché y saqué lo que parecía ser el anuario tratando que un poco de la iluminación de la calle dejará ver si era lo que buscaba hasta que lo conseguí.

Sonreí al tenerlo en mis manos, dejé las cosas en su lugar y con eso en mis manos finalmente fui a mi habitación para esconderlo debajo de mi cama.

Me recosté nuevamente, estaba viendo un punto fijo en el techo, para ser más específico el detector de humo.

Alguna vez han quedado viendo un lugar específico y alrededor, lo que puedes ver de reojo se va tornando oscuro? Era algo que estaba visualizando.

Lo único que tenía iluminación era ese objeto, no tuve la necesidad de parpadear ni una sola vez hasta que aquel entorno negro empezó a tornarse de un color rojo, parecía estar alucinando con llamas de fuego.

De un momento para otro sentía mi respiración agitada y como mi frente sudaba, podía ver el incendio, el mismo que aquella noche, parecía haberme transportado en ese escenario, podía escuchar los gritos de desesperación por parte de los estudiantes tratando de apagar el fuego, del director reclamando que llamaran a emergencias y mis gritos al haber sido quemado.

No podía moverme y mi respiración empeoraba, sentía ahogarme hasta que finalmente me levanté de la cama de una sola vez.

Intenté calmarme mientras colocaba mis manos a un lado y cerraba los ojos, intenté respirar profundo pero parecía que necesitaba tomar mi medicamento que estaba en mi casa, lo único que podía hacer era meterme desnudo en la tina con agua fría para no necesitar de las pastillas.

Me sumergí completamente en la parte superior dejando sobresalir solamente mis piernas, cerré los ojos tratando de concentrarme en las sensaciones, así podía calmar mi ansiedad.

Saqué lentamente mi cabeza del agua para tomar aire, había prevenido un ataque pero la sensación de ansiedad seguía, debía seguir hasta no sentir nada nuevamente.

Pasé así repitiendo lo mismo, sumergirme en el agua por un minutos y salir hasta que decidí hacerlo por un poco más de tiempo hasta que me sentí observado haciendo que saliera inmediatamente, miré hacia la puerta notando como regresaba lentamente, como si alguien acabara de salir y no pudo terminar de cerrar.

Fruncí el ceño ante eso mientras me seguía sosteniendo aún del borde de la tina, hice como pude para levantarme y tomé una toalla para secarme un poco seguidamente me vestí.

Tenía las sospechas de quién se podía tratar aunque muy en el fondo era nauseabundo.

Esa noche me senté en el borde de la cama viendo directamente a la puerta por 15 minutos hasta que me levanté para cerrar la puerta con llave h finalmente ir a dormir.

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Al día siguiente por la mañana me levanté muy temprano, parecían ser las seis de la mañana, al menos en este lado aún estaba algo oscuro, talle mis ojos mientras intenta pararme, debía llevar el anuario a mi casa mientras aquellos seguían durmiendo.

Pasó mucho tiempo, ya había regresado a la casa de los otros dos después de dejar el anuario en mi hogar, había ido a una cafetería que estaba no tan lejos de ese vecindario, debía de portarme bien con aquellos para acercarme al matrimonio y así al resto de los idiotas.

VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora