Jung Hoseok murió aquella noche, aquella noche donde fue humillado enfrente de toda su preparatoria.
Pero esa misma noche nació Seoki, un ser lleno de sed de venganza quien regresará a su lugar de origen para pasar factura a los chicos que hicieron...
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Caminé por aquel pasillo mientras se escuchan aplausos, al cruzar por aquella puerta y entrar en aquel salón siendo recibido por esas personas supe que era mi momento de utilizarlo a mi favor.
Me gradué con honores y siendo el mejor de la clase en la academia de policías.
Eso hizo que la policía nacional surcoreana me ofreciera un puesto en la unidad que se encontraba en Seúl.
-¿Que le parece?
Me preguntó alzando un poco la voz por todo el sonido que había alrededor en aquella velada.
-¿Cuando puedo ir a firmar el contrato?
Respondí haciendo que aquel hombre y yo rieramos.
Estando en aquel lugar tenía una muy grande influencia, además, era respetado y querido por todos, no dudaba que trabajando en un puesto tan importante como el que me ofrecían me iba a ser un hombre poderoso.
Poder que se me daría, lo utilizaría para hundir y vengarme de aquellos que hicieron mi vida un completo infierno.
Esa noche no celebré por graduarme, estaba feliz por finalmente saciar mi sed de venganza.
-Quiero hacer un brindis.
Dije mientras golpeaba suavemente mi copa con un tenedor y llamar la atención de los presentes para después alzarla.
-Les agradezco a todos los presentes por organizar esto....me siento muy conmovido
Era mentira, realmente no sentía nada.
-Apesar de que mis padres murieran trágicamente pude salir adelante, pero, esto no hubiese pasado sin su ayuda.
Hablé sonriendo, uno que estaba en una mesa se levantó y alzó la mano con la copa en ella.
-Por Seoki!
Dijo riendo y luego todos imitaron la acción de alzar la copa y repetir lo que dijo.
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Después de hacerme varios cambios estéticos como una operación de nariz y haberme sometido a un tratamiento de ortodoncia invisible estaba inreconocible.
