Capítulo 7

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––Como te fue en la universidad.

––Estuvo... bastante agobiante ––doy un bostezo––. ¿Y tu día que tal?

––Aburrido, ya sabes, sin salir de aquí...

––Bueno te faltan solo siete días ––bromeó.

––Genial... ––bufa.

––Debes estar cansado de verme ––desvío la mirada mientras me siento a su lado––. Es solo que en serio me preocupo por ti...

––Sigo aquí porque estás conmigo, de lo contrario ya me habría fugado ––asegura sonriendo.

Le doy un beso en la comisura de sus labios.

––He estado pensando algo ––comenta al separarnos.

–– ¿Qué podría ser?

–– ¿Alguna vez lo has hecho en un hospital? ––sonríe de medio lado.

––Sabes que solo he estado contigo... ––murmuro desviando la mirada.

––Entonces... ––toma mis hombros y los aprieta ligeramente––. ¿Te gustaría hacerlo conmigo? ––susurra cerca de mi oído.

Un escalofrío recorre mi cuerpo antes de que siquiera pueda responder. Quiero estar con él, pero... ¿Sería buena idea?, esto solo será durante siete días más, prometí alejarme de él...

––Noise... pienso que, no es buena...

Me besa e introduce su lengua en mi boca, acerca mi cuerpo contra el suyo tomándome por la cintura.

––Entonces ¿sí? ––murmura sobre mis labios.

El definitivamente sabe que es mi debilidad. Dejo caer mi cabeza sobre su hombro y doy un gran suspiro.

––Vale...

––Sabía que aceptarías ––se sonríe.

––No puedo resistirme a ti ––confieso.

–– ¿Por qué? ––me mira curioso.

––Porque tú... ––lo observo directamente a los ojos––. Me gustas mucho.

Se sonríe con ternura sosteniéndome la mirada. Termina uniendo nuestros labios en un beso, es breve pero me siento feliz.





Debido a que acepte su maravilloso plan está evitando que me quede dormido. La verdad es que estoy muy agotado y siento que no he logrado descansar bien porque aun estando a su lado, la camilla es incomoda y se mueve mucho debido a las pesadillas. Pero no voy a confesarle eso, estoy seguro que querrá que me vaya y no vuelva.

––No te duermas... ––murmura.

––No... me estoy... durmiendo ––balbuceo con los ojos cerrados.

––Estoy mirándote, estás durmiendo.

––No... solo descanso un poco...

––Ven ––acerca mi cuerpo al suyo y me abraza.

Sus manos bajan por mi espalda y se meten por dentro de mis pantalones hasta llegar a mis glúteos, donde comienza a rozar con sus dedos mi entrada. Los introduce y abro mis ojos de golpe debido a la sensación que recorre mi cuerpo entonces me topo con su maquiavélica sonrisa.

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