Capítulo 9

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–– ¿Estás seguro de que es una buena idea? ––pregunta mi madre mientras me observa cerrar mi maleta.

––No lo sé, tal vez no, pero no quiero dejarlo solo ––intento hacerla comprender.

––Vale, no voy a interferir en tus decisiones, solo espero que de llegar el momento sepas "dejar ir"

–– ¿Qué quieres decir con eso?

––Con suerte yo estaré equivocada y no tendrás que entenderlo, por favor no dejes de llamarme.

––Tranquila, te llamaré.

Se escucha la puerta, acto seguido Noise entra a la habitación.

––Buenas tardes Sra.Woockid ––saluda.

––Por favor, cuida de Adam, recuerda que es todo lo que tengo también ––comenta con seriedad.

Él semblante de Noise se torna serio por igual.

––Cuidare de él ––le asegura.

Cargamos el equipaje hasta el coche y nos subimos en el. Durante todo el camino conduce en silencio. Tal vez las palabras de mi madre generaron un peso sobre él.





Al llegar bajamos el equipaje y tras cruzar el umbral dice:

––Voy a colocar tus cosas en nuestra habitación.

Me quedo en la entrada observando los alrededores. Dado que es la primera vez que entro y puedo apreciar cada rincón. Camino por el salón y veo un retrato en el suelo con vidrios rotos a su alrededor. Lo cojo. Es una foto de Noise de pequeño junto a su madre.

––Adam.

Me exalto al escuchar su voz y se me cae el retrato. Intento cogerlo de nuevo con velocidad.

––Tranquilo ––me levanta––. Debo recoger todos los desastres y limpiar un poco... Mereces un hogar limpio ––quita el retrato de mi mano y se dispone a coger los vidrios––. Hice espacio en mi armario puedes guindar tu ropa y colocar tus demás cosas donde gustes en la habitación.

Asiento retirándome a la habitación.

Ver esa foto lo destroza y es perfectamente entendible. Se apago de pronto... No se mira tan emocionado porque este aquí. Ya en la habitación me percato que este lugar si esta ordenado a diferencia de la última vez que vine. Comienzo a colgar mi ropa en perchas.

Repentinamente Noise entra con una toalla cubriendo su mano.

–– ¿Te es suficiente el espacio? ––pregunta acercándose a mí.

––Si... ¿Por qué la toalla?

––Me he cortado con los vidrios, pero no pasa nada ––comenta sin más.

–– ¡Déjame ver! ––exclamo preocupado.

Abro la toalla, la herida está abierta, solo se ha colocado la toalla sin limpiarla.

–– ¿Tienes un botiquín?

–– Si...en el baño...

–– Vamos.

Me conduce hasta el. Lavo la herida y la desinfecto, vendándolo al terminar.

––No es necesario tanta precaución, es solo una cortada...

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