𝟎𝟎𝟒 ━ ❛ Cheetos ❜

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「 ♯ 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 」

「 ♯ 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆𝐒 」

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cap. Cheetos.

🪵••

Luego del día libre —el día más corto de mi vida— retomábamos a las actividades, ahora mismo estábamos haciendo fila para caminar en un soga, el que lo lograra tendría un premio, el que no, pues se llenará de lodo nada más.

Mason estaba delante mío, agradecía que aún no me haya visto, seguía más que confundida por lo de ayer, estoy llegando a pensar que lo hizo para secuestrarme, la teoría del chip es efectiva.

Teníamos que cruzar 4 personas sobre la soga, quien se cayera queda totalmente descalificado y los demás pueden seguir su rumbo, pero si más de 3 personas se caen, el último queda descalificado.

— ¡La otra fila! — Gritó el entrenador

Caminé detrás de Mason, y sin querer, pise sus zapatos, él se volteó con una cara de seriedad que cambió al instante al verme.

— ¡Calabacita! ¿Tantas ganas tenías de verme?

— Cállate por favor. — Lo miré mal y lo empujé a la soga.

Caminé con un poco de tranquilidad en la soga, era muy buena en todo lo tenga que ver con el equilibrio, así que no tenía problema alguno.

La persona de atrás mío fue el primero en caer, recuperé la postura que había perdido porque casi me jala con él.

— ¿Quieres que te guíe? — Preguntó Mason.

— Al único lugar que me puedes guiar es a la perdición, y te aseguro que no quiero. — Murmuré, él se echó a reír.

— Puedo guiarte a muchas cosas buenas, Ara. Solo déjate llevar. — Sonó más serio.

No respondí, mi mente no procesaba alguna respuesta para rebotear su comentario, él lo notó y se echó a reír, había comenzado a perder el equilibrio.

— Si me dejara llevar no estarías aquí ahora mismo, ni siquiera vivo. — Aseguré.

¿Soy yo la cuerda se hacía cada vez más larga aún?, quería terminar esto, salir de esta tortura.

Él echó su mano para atrás haciendo que nuestras manos rozaran por unos pocos segundos, los cuales bastaron para hacerme perder el equilibrio.

Agarré su camiseta antes de caer, lo que provocó que cayera junto a mi. Él se comenzó a reír a carcajadas.

— Pero serás idiota. — Murmuré.

— Por ti. — Rodeé los ojos.

— Guarda tus halagos de google para otra persona. — Me puse de pie, él hizo lo mismo.

— Pensé que era yo el que te arrastraría a la perdición, pero me equivoqué. — Pasó su brazo por mis hombros.

Rodeé los ojos, tenía ganas de pegarle, quiero pegarle ¿Puedo pegarle?

De lado de los demás, mi hermana nos observaba furiosamente con los brazos cruzados, los dos lo notamos, pues yo intenté apartar su brazo de mis hombros, pero fue en vano, él no lo quitó.

— ¡Quita tu brazo, me manchas más de lodo! — Busqué una excusa, pero él se levantó de hombros.

Caminamos hasta la salida en silencio, cuando por fin llegamos al pasto, mi hermana salió corriendo hacia dónde él, yo me dirigía con Mica, quien me esperaba con los ojos más que abiertos.

— Ni una sola palabra. — Dije de malhumor poniéndome a su lado.

Ella trazó una línea con sus dedos, alrededor de su boca.

Odiaba perder, y más en algo que era relativamente buena.

🎮› ๑ˊ

— A tu hermana le sigue gustando, es obvio. — Me levanté de hombros.

— No lo sé, siento que él no. Pero no confíes en mi, ni siquiera lo conozco a fondo. — Ella me miró irónicamente.

— Vamos, Ara. Sabes cuál es su color favorito, su comida favorita, sabes que le gustan los perros, y que depende del día se define sus rizos, sabes cosas de su familia, de él.

— Si pero, todo eso me lo dijo él en el autobús.

La otra chica con la cual compartíamos cuarto entró, nos miró con sorpresa y nerviosismo.

— La cena. — Dijo cómo pudo y salió de la cabaña.

— ¿Le caemos mal? — Preguntó Mica.

— Tal vez solo es tímida. — Me puse de pie restándole importancia.

Salí detrás de mica hacia el comedor, el cual estaba totalmente lleno. Observé a ver si, de casualidad, aprecia aunque sea media mesa sola, pero era imposible.

Suspiré y volteé en busca de mi mejor amiga, pero ya no estaba. Rebusqué confundida y nerviosa, ¡dos segundos había dejado de mirarla!

Y entonces, sentí como unos dedos pellizcaban levemente mis costillas. Me espanté.

— ¿Tienes algún problema? — Lo empujé con enojo.

Es la persona con más paciencia del mundo, creo que le he pasado la mía con tantas veces que me ha hecho enojar.

— ¿Estar enamorado es un problema? Porque tengo uno, y muy grande. — Me dio una media sonrisa.

Tonto.

Rodeé los ojos, dándome vuelta en busca de la cena, pero él camino detrás mío.

Me puse en la fila —bien larga— en espera de la cena.

— Ara. — Me llamó. — ¿Te casarías conmigo si fuera una bolsa de Cheetos?

Reí. — Hubiese comido solo los Cheetos y tirado la bolsa por ahí.

Él me miró súper ofendido por la respuesta.

— No te creía capaz...

Sonreí divertida.

— Pero no negaste que te querías casar conmigo, eso significa que quieres. — Se inclinó hacia mi.

Rodeé los ojos borrando un poco la sonrisa que traía.

— ¿Es tu especialidad cagar los momentos?

— Es mi especialidad molestarte. — Sonrió.

Le di la misma respuesta mientras me volteaba por mi cena.

Era sopa, odio la sopa.

— Disculpa, ¿qué es eso? ¿Se mean en los platos?

— ¡Mason!

— ¡Mason!

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¡𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗧𝗛𝗜𝗡𝗚𝗦! Mason Thames. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora