†VECINO ERÓTICO† +18

06

Jungkook apagó su computador, encendió él aire acondicionado y se recostó en su silla mirando su techo.

¿Qué carajos estaba haciendo con su vida? Se preguntaba, pues había echo lo impensable para tener un poco de atención de su vecino; tal ves fue paranoico y al principio pensó que todo era una broma. Pero en realidad, había sido una oportunidad única; no todos los días encontraría a un chiquillo travieso con un libido único.

Park Jimin era inocente, oraba, daba inclinaciones a sus vecinos, hablaba educadamente, y debes en cuando decía palabras de la iglesia; no obstante era un transfundo de un niño con deseos sexuales y hormonas activas hasta el copete. Jungkook no sabía cómo pillarle, como hacerle entender que necesitaba si, o si su culo para hacer su novela.

Vale, parecía que era un imbécil al intentar aprovecharse ¿Pero que tenía de malo? Al final el chiquillo de risos de oro se le había ofrecido en bandeja de plata ¿Por qué no disfrutar de esa oportunidad?

Sin embargo, esa dicha oportunidad ya no estaba, solo había indiferencia y debes en cuando miradas matadoras. Jimin era difícil de dominar, y lo estaba comprendiendo en ese momento.

Vale que el doncel era un niño muy inteligente demasiado para pillarle y usarlo a su favor.

Se había masturbado, le había mostrado el pene ¿Qué faltaba? ¿Apretar sus cojones y aceptar que tenía que tener sexo con el niño? Entonces si era de esa manera, lo tendría que hacer y dejar su ridículo pensamiento ideal de heterosexual.

Era un hombre frío, cerrado, calculador y debes en cuando un cojete; pero que más daba, en ese caso no debía usar la cabeza de arriba, si no mas bien la de abajo.

Jimin entró a su casa observando a su madre limpiar la mesa, claro pensaba que su padre estaría en casa, pero cuando notó la mirada desdichada y extraña de su mayor, entendió qué su viejo no estaba.

-¡Hola mamá! ¿Qué hay para cenar?-preguntó tirando su maletín, y caminar alzando sus brazos para abrazar a su madre de la espalda-soy yo o siento un olor delicioso -sonrió apartándose.

-ve a tu cuarto, remójate un poco y luego bajas a cenar-ordenó la mayor poniendo los platos. Jimin asintió, pero de pronto se detuvo en su andar hacía las escaleras; es que era raro, pues su madre parecía distraída y muy pálida.

-mama, no quiero ser pesimista ¿Pero podéis decirme que pasa?-preguntó el menor acercándose.

-no es nada, solo e pillado una resfriado. Por cierto, tu padre a salido hace poco a su trabajo a si que cenaremos solos-respondió sonriéndole a su hijo para no preocuparle.

-¡Bien, dejaré de molestar!-sin decir nada más corrió hacía las escaleras subiendo con rapidez.

La señora park le había dado una mirada; sus ojos azules estaban apagados, pues no quería seguir ocultándole a su hijo la verdad. Pero tenía que hacerlo, al menos hasta que Dios le diera la fuerza para enfrentar su pecado.

Jungkook se acercó a su ventana, sus ojos buscaban la sombra del blondo, pero parecía que el menor aún no estaba en casa; eso le frustró y le hizo escupir saliva con una mueca hacía su basurero.

-¡me hace sentir incómodo!-de pronto la voz del blondo le hizo elevar rápidamente su mirada. Ahí estaba park, con su rostro aburrido y poco apático.

-¡Jimin vamos, veamos una película! ¿Qué te parece una de amigos?-ofreció con una sonrisa ladeada. Park le miró con gestos de frialdad, pues aún no se le había pasado la cabreada que había tenido con el mayor.

-¿Por qué debería de ver porno casero contigo?-preguntó. Jungkook empujó su lengua contra su mejilla; el chiquillo estaba muy bien sabido, de eso estaba más que convencido-¡Usted me a dejado claro que le gustan las mujeres, a si que no me busque!-con su dureza cerró la ventana; pero antes de que cerrase las cortinas, Jeon elevó su mano pidiendo tiempo.