Cap 1: Una Nueva Vida

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Lejos de lo que alguna vez creyó, un joven de cabello blanco largo y ojos rojos se estaba viendo frente a frente a un minotauro.

Sus ojos determinados en no morir y hacer caer a su enemigo le mantenían aún en pie.

Su escudo lograba defender con magnificencia a los ataques del gran minotauro.

Este último estaba desesperado por querer terminar de destrozar al chico que tenía enfrente.

Al inicio parecía una simple hormiga, aunque esa hormiga tenía una capacidad única de mantenerse en pie y darle combate a la vez.

Y no solo eso, aún teniendo encima un espadón y un gran escudo, él se movía como una pluma.

Y actualmente, cuando intentó atacar con su hacha, Bell con fuerza repelió su ataque dejándolo brevemente desarmado.

Aprovechando aquello, el peli blanco con su mano izquierda dió un ataque descendente con su espadón que impacto sobre la cabeza del minotauro aturdiendo a este rompiendo su defensa.

Y con gran fuerza, el clavó la punta filosa de su espadón sobre el pecho del minotauro haciendo que este escupa sangre y con una fuerte patada, mandó al minotauro sobre el duro y frío suelo de la mazmorra.

Confiado, el chico no se había dado cuenta de algo por su estupidez.
Había atacado más a la derecha que en el centro.
Y por más que el minotauro estuviera con una herida de muerte, fue lo suficientemente rápido como para reaccionar y darle una patada que mandó a Bell a estrellarse contra el muro del callejón sin salida que estaba atrás suyo.

Esto había sido una clara venganza del minotauro que no se podía parar, como ahora Bell que estaba aturdido y mareado.

Con el simple hecho de chocar contra el muro, había sentido como sus huesos se querían romper, especialmente lo de sus espaldas y peligrosamente los de sus costillas.

Es más, había expulsado una cantidad considerable de sangre y saliva de su boca.

- Ugh... - Dejó caer su en el suelo con pesar de saber que se había confiado.

Su mirada pesada y borrosa, logró captar como un simple destello dorado terminó con su trabajo y se apresuró a auxiliarlo.

- ¿Estás bien? - Fue lo que preguntó aquella monótona voz de una mujer.

Bell quería responder, pero él dolor no le dejaba, solamente podía gruñir en señal que aún está a consciente.

- Una poción... - Fue lo único que pudo decir con coherencia.

Aiz no traía una consigo, pero volteando mirar en dirección del chico, parecía tener un pequeño bolso en su costado.

Sin decir mucho, la mujer dirigió su mano ahí y abrió con facilidad el bolso pequeño del chico.

Sorpresivamente para ella, adentro había dos frascos de pociones.

¿Cómo había resistido?

No lo sabía, pero gracias a eso dejó recargado a Bell sobre el muro y le dió de beber la poción.

Bell dejaba que ella lo tratará de esta forma, pues no podía negarse a recibir ayuda ahora mismo.

Hasta que no se acabará, Bell no dejó ninguna gota de la poción.

Aunque fuera estúpido, tomar la poción daba mejor efecto que rociando está sobre las heridas.

Tardaba un poco más en hacer efecto, pero aún así, lentamente su cuerpo se iba regenerando del daño masivo que recibió.

Danmachi: Bell, El Último Caballero LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora