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Eran casi las siete de la tarde, su horario de salida del trabajo

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Eran casi las siete de la tarde, su horario de salida del trabajo.

A Hoseok nunca le había importado como se veía físicamente, siempre se aseguraba estar impecable pero no le importaba si lucía atractivo para alguien. No le importaba gustar físicamente a alguien, bueno, a excepción de Jungkook. Pero esta vez no iba a ver a Jungkook y ahí estaba Hoseok, frente al espejo del baño de su trabajo mirándose detenidamente.

Hoy vería a Taehyung, ese alfa que tenía una lista de omegas a los que entrevistaba para saber quien sería lo suficientemente bueno para dar a luz a sus futuros cachorros y luego mantenerlo en su casa para el cuidado de ellos por siempre, como si creyera que los omegas solo servían para eso. Hoy lo vería y por alguna razón se quería ver bien.

Tal vez debía deberse a que quería continuar teniendo ese extraño interés que había ganado la primera vez que lo vio. Tal vez solo quería verse bien para él antes de dejarle en claro que los omegas también eran seres con sueños y no todos deseaban ser padres o... niñeros.

Hoseok se arregló el cabello lo mejor que pudo, luego refrescó su rostro pálido y ojeroso. Eso último lo hizo suspirar frustrado. Era solo una fantasía creer que podía verse bien. Llegó a la conclusión que nunca se vería bien, no era lindo, no era como los demás omegas. Había trabajado desde que se había escapado de su pueblo, trabajaba demasiado para poder pagar su renta y dormía muy poco en consecuencia. No tenía un cutis suave y brillante, era demasiado delgado producto de lo poco que comía para ahorrar y no poseía esa delicadeza o curvas que portaba todo omega porque había hecho mucho trabajo pesado antes de conseguir el puesto en el que estaba.

No era una sorpresa que Jungkook solo lo mirara como un amigo, que nunca haya tenido un acercamiento de mas desde que lo conoció, o hasta que creyó que era un beta. Pero lo que más miedo le daba es que en realidad se debiera más a una sospecha que tenía, creía que su aroma era demasiado débil hasta cuando estaba en celo. Y no sería algo sorprendente que suceda algo como eso, que perdiera su aroma de omega de a poco hasta el punto de perderlo por completo. Hace poco supo que los omegas que no llevaban una vida sana perdían su aroma con el tiempo, o se volvía tan débil como la de un beta.

Sus sospechas se reforzaban porque Jungkook no se inmutó o comentó nada acerca de su aroma jamás, creía que ni siquiera sabía a qué olía. Tal vez podría no mencionarlo como una especie de respeto pero, Hoseok presentía más que estaba perdiendo su aroma y seguiría así si seguía llevando la vida que llevaba. Aunque le disgustara aceptarlo, los omegas eran más débiles que los demás subgéneros y debía cuidar más de su salud, eso se debía a sus antepasados siempre habían sido obligados a quedarse haciendo trabajos domésticos por sus alfas y sus cuerpos aún seguían heredando aquellas características de seres pasivos y hogareños.

Aún así, Hoseok intentó arreglarse lo mejor que pudo y mordió sus labios para hacer que se vieran rojos. Algo era algo al menos.

Salió del edificio en el que trabajaba, Jungkook le había dicho que Taehyung estaría ahí esperándolo pero a Hoseok no le parecería raro de que no estuviera porque podría haberse dado cuenta que Hoseok no valía la pena. Y lo entendería perfectamente, no le dolería siquiera, al contrario sería mucho mejor así porque se ahorraba toda esa pérdida de tiempo con él. Pero cuando salió y vio que no había nadie, se sintió de alguna forma extraño, como decaído. Aún cuando no estaba en sus planes tener una pareja y menos una familia él se preguntaba si alguna vez sería capaz de gustarle a alguien. Si alguien podría quererlo solo siendo él, sin verse delicado y bonito como un omega o siendo de la clase más que baja.

Diferente al resto [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora