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—Claro que no

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—Claro que no.

Joder. Temblaba por dentro y no era para menos, Taehyung estaba a punto de descubrir que le gustaba Jungkook. Si eso pasaba, seguramente le contaría a Jungkook y cuando lo hiciera, Jungkook no volvería a verlo igual. Perdería a Jungkook hasta como amigo y eso era impensable.

Jungkook era su único amigo, era la única persona con la que se había encariñado en tantos años.

—Eso creí —dijo Taehyung, pero aunque sonara seguro había cierto tono de alivio también—. Acepta cenar conmigo, Hoseok. Prometo que cuidaré de ti.

Amplió sus ojos por completo cuando Taehyung extendió su mano hacia él de una forma que solo había visto en películas y que solían hacerlo para invitar a bailar a alguien.

¿Estaba... comenzando su cortejo? No sabía que hacer, estaba entrando en pánico ahí mismo, de pie frente a ese alfa que era pura elegancia.

—Yo...

—Solo será un momento —decía intentando convencerlo—. Si no te sientes cómodo, aceptaré cualquier decidieron o pedido que hagas. Tienes mi palabra, la palabra de un Kim es inquebrantable.

Un poco del pánico se había ido cuando sostuvo su mirada con firmeza. Hoseok comenzó a evaluar sus opciones y llegó a una conclusión muy rápida. Estaba en esto por Jungkook, debía terminarlo cuanto antes.

—Está bien —asintió pero sin moverse, aunque no hizo falta porque el alfa bajó la mano y tuyo la suya con una delicadeza que jamás nadie usó con él.

Aunque se volvió una bola de nervios, se dejó llevar por el alfa cuando éste tomó mejor su mano. No pudo evitar darse cuenta como de grande, al mismo tiempo que cálida, era la mano del alfa. No pudo evitar sentirse protegido por la forma en que lo sostenía.

Estaba confundido por todo lo que le hacía sentir el alfa. Debía caerle mal, por las actitudes que Jungkook le había contado que tenía, pero no le caía precisamente mal. Era una mezcla de muchas cosas. Y su lobo, que al principio había estado alerta, ahora estaba tranquilo y cómodo con esa cercanía. Era extraño.

Un beta de unos sesenta años estaba frente a un auto negro brillante, Hoseok se extrañó cuando Taehyung se acercó a aquel, pero no se sorprendió cuando los presentó. Era el conductor de alfa. Se sintió nuevamente inseguro porque eso solo le recordaba que Taehyung era de una familia con mucho dinero, tanto que tenía su propio conductor y quien sabe cuantos privilegios más.

El beta abrió la puerta para ambos pero Taehyung le dio lugar a que Hoseok entrara primero. Y volvió a sentirse incómodo al recordar que lo llevaría a un restaurante a elección suya.

—¿A dónde iremos? —preguntó sin querer verse tan inseguro como estaba. Taehyung se había sentado a su lado y no le dijo nada al beta en cuanto entró, él simplemente condujo como si ya supiera donde ir.

Diferente al resto [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora