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           LAILA SE HABÍA despertado sin muchas ganas de hablar, aunque no pudo evitarlo cuando Isaac, emocionado por saber que podría salir de la casa de las Prince al fin —incluso si era algo tan aburrido como ir al colegio—, se acercó a hablar con ella para saber cómo iban a hacer, si había alguna regla sobre su interacción dentro del edificio y demás.

  —¿Estás segura que no quieres poner alguna regla de "no hablaremos entre nosotros a menos que estemos obligados a hacerlo"? —preguntó Isaac una vez más en cuanto Laila y él bajaron de la motocicleta en el estacionamiento de la escuela. —Porque incluso si ya me quitaron los cargos, sigo siendo el que fue culpado de asesinato y tú eres la chica nueva, no creo que quieras arruinar ahora cualquier posibilidad de una buena vida social dentro de la-

  —Isaac —llamó la chica logrando que él dejara de hablar. —, no quiero poner ninguna regla. Vives en casa, mamá creo que está a punto de considerarte parte de la familia, con lo que estoy completamente de acuerdo, lo último que tendría sentido ahora es no hablar sólo para que "yo no pierda alguna reputación o posibilidad de buena vida social dentro de la escuela".

  —¿Segura?

  —Segurísima. —afirmó ella logrando que él sonriera levemente, con ella sonriéndole de regreso antes de que ambos comenzaran a caminar en dirección a la escuela, adentrándose y yendo hacia sus casilleros.

Mientras se acercaba, pudo ver a Stiles y Scott hablando, ambos frente a sus casilleros correspondientes, y curiosa, decidió agudizar su oído en esa dirección para oír mejor la conversación.

  —Es como si se hubiera ido —escuchó que Scott hablaba, claro que no entendía nada pues le faltaba el contexto. —. Dejó su auto, su perro.

  —Te veré luego. —se despidió Isaac desapareciendo por el otro pasillo de casilleros mientras la chica seguía caminando en dirección a los otros dos.

  —Bien. ¿Era- ¿Podría haber sido virgen, tal vez? ¿Parecía virgen? ¿Crees que era virgen? —preguntó Stiles muy rápido.

  —No, definitivamente no. —Laila ya se encontraba cada vez más cerca, con Stiles dándole la espalda mientras que Scott ya la había visto pero siguió hablando sabiendo que ya estaba escuchando la conversación. —Deaton me hace tener sexo con todos sus clientes. Es una nueva política.

Scott sonrió, riéndose en silencio del chiste que acababa de hacer, mientras Laila también sonreía, pero no tuvo que pensar mucho para saber que Stiles no encontraba para nada divertida la broma. No en ese momento.

  —No, no sé si era virgen. —contestó el moreno. —¿Y por qué hablas como si hubiera muerto? Solo está desaparecido.

  —Y presuntamente muerto, porque probablemente sea virgen. —refutó Stiles con un poco de nervios creciendo a medida que siguió hablando. —¿Y sabes quién más es virgen? Yo. Yo soy virgen. ¿Sabes qué significa eso? Que mi falta de experiencia sexual amenaza mi vida. Necesito tener sexo ahora mismo. Alguien debe tener sexo conmigo hoy. ¡Debo tener sexo ahora mismo!

  —De acuerdo, yo lo hago. —afirmó Laila sin dudar.

Stiles, que evidentemente no se había dado cuenta de la presencia de la chica detrás de él, gritó y volteó a verla, pronto recalculando lo que ella acababa de decir.

  —¿Qué?

  —Sí, servirá para ayudar a que ninguno de los dos termine siendo sacrificio, después de todo yo también soy virgen —explicó Laila manteniendo un tono de seriedad. —Ven a mi casa a las 9:00. Quédate toda la noche. Me gusta acurrucarme.

TRIBRID¦STILES STILINSKI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora