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twelve¦hurt.


         LA SITUACIÓN NO estaba nada bien.

Los gemelos y Kali se las habían arreglado para lograr que, en cierta forma, Derek asesinara a Boyd. 

Cada vez había más muertos.

Y Laila cada vez tenía más ganas de matar lenta y dolorosamente a los gemelos, Kali y Deucalion.

Laila se había alejado. Lo había hecho en un intento de concentrarse para encontrar la forma de detener al Darach, y en el proceso tuvo varias discusiones. No solo con Scott y Lydia que le pedían que por favor volviera a la escuela y ayudara, sino también, y la que peor terminó para ambos, con Stiles.

Y era la que más le pesaba y la que más se repetía en la cabeza por las cosas que ambos se habían dicho, incluso si ambos sabían que fueron cosas que salieron en medio del rojo de la furia y la discusión, son cosas que salieron. Cosas que lastimaron.

En ese momento se encontraban ella, Adelaide y Derek en la habitación de un hospital con Cora en la camilla, prácticamente muriendo y sin que ninguno de ellos tuviera la respuesta de qué podrían hacer.

  —Tengo un muy mal presentimiento sobre esta noche. —murmuró Laila luego de varios minutos en silencio, llamando la atención de los dos mayores. —Mamá, ve a casa, descansa. Tuviste unos días bastante pesados aquí. Derek, avisame si algo pasa. Yo iré a la escuela.

  —¿Por qué?

  —Hay un recital —informó ella. —. Y algo me dice que no es solo eso. 

Sin más, Laila salió de la habitación, encontrándose con Melissa y Noah caminando hacia la morgue con una actitud que daba a entender que no querían llamar la atención, aunque se detuvieron cuando se encontraron cara a cara con la pelirroja. 

  —¿Todo en orden? —preguntó la chica en dirección a Melissa.

  —Aún no lo sabe, ¿cierto? —la pregunta de Melissa hizo que Noah voltee a ver a ambas con expresión confusa, más cuando Laila tomó a la mujer por el brazo y la alejó del hombre un poco.

  —Stiles le contó un poco pero no le creyó. —le informó la joven. —Él cree que si lo ve en persona, a alguno de nosotros convertirse o tiene una prueba visual de lo que le dijo, sí le creera.

  —Entonces ven con nosotros y muestrale.

  —No es tan simple.

  —Sí, lo es, Laila. —la afirmación de la mujer le sorprendió, sobre todo por el tono. —Está pidiendo ver expedientes viejos, estoy segura de que van a haber cosas inexplicables para la ciencia humana, pero en la ciencia sobrenatural seguro tienen explicación y ahí es donde entras tú. 

Melissa tenía un punto. No lo iba a negar. Pero su presentimiento y propio miedo de pensar en que sus amigos están desprotegidos y que posiblemente alguno termine muerto si no se controlan, no le permitía quedarse.

  —Realmente quisiera ayudarla, pero algo está pasando o va a pasar en la escuela. No sé qué es. Pero hay algo. No puedo quedarme aquí sabiendo todo esto, tengo que ir. —Melissa pensó en el hecho de que su hijo se encontraba en la escuela, y asintió. —Si llega a ser necesario, yo misma hablaré con él desde mí experiencia. Por ahora, es la última de mis prioridades. La primera, es asegurarme de que sus hijos y mi amiga estén a salvo.

Melissa volvió a asentir y Laila tomó eso como la señal que necesitaba para subir a su motocicleta y conducir hacia la escuela, aunque claramente debió ver venir el hecho de que, en el proceso, se encontraría con varios obstáculos puestos por aquel ser que estaban tratando de detener.

TRIBRID¦STILES STILINSKI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora