Cosas de adolescentes☾☾☾

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- ¿P' Kim?

- Hola Chay. ¿Estás libre hoy para una sesión?

- Oh... Lo siento P', pero hoy tengo un trabajo en equipo que hacer y no estaré en casa. ¿Podemos vernos mañana?

- Seguro. Llámame.

**++**++

Mentirle a alguien no era algo que hiciera a menudo, pero Chay había tenido la semana más estresante de su vida entre exámenes y lecciones de guitarra con su crush supremo, por lo que necesitaba con urgencia un poco de tiempo a solas.

Porsche raramente estaba en casa desde que había conseguido ese trabajo secreto del que no podía hablarle, y Kim no acudía a su casa a menos que él se lo pidiera, por lo que podría estar tranquilo.

Cuando se despidió de sus amigos para caminar solo el tramo de calle que lo separaba de su hogar, una sensación de calidez le llenó la cara al pensar en lo que haría. Siempre pasaba por su cabeza la fugaz sensación de que alguien lo atraparía alguna vez, y eso lejos de asustarlo, sólo lo encendía más.

**++

Kim parecía estar recobrando un poco su buena suerte. Después de algunas semanas de lecciones de guitarra con Porchay, había descubierto que definitivamente el chico no tenía idea de a qué se dedicaba su hermano mayor, ni de qué era lo que le había ocurrido en realidad a sus padres.

Eso podría haber sido entonces nada más que una pérdida de tiempo, hasta que se le ocurrió que tal vez en su casa podría haber algo. Una pequeña voz en su cabeza empezaba a decirle con veneno que sólo estaba buscando excusas para seguir alargando su tiempo con el castaño, pero eso no era así, simplemente estaba agotando todos los recursos, pues sabía que una vez que se alejara definitivamente del chico, no habría manera de volver a investigar nada con él.

Y ahora tenía la tarde libre, dado que había estado seguro de que Chay querría tomar su lección, y terminó su agenda más temprano.

No podía simplemente desperdiciar el resto del día, así que se dirigió a la casa de los Kittisawat.

**++

Con las gotas de agua fría apaciguando su piel, Porchay pensó que probablemente hubiera sido mejor idea tomar un baño después de terminar sus actividades, pero hacía un calor tan malditamente infernal que no pudo evitar correr al baño en cuanto entró a casa.

Al salir, no se molestó en buscar algo que ponerse, no iba a necesitarlo todavía.

Se agachó bajo su cama y sacó una caja color negro que tenía un pequeño candado. Nunca había encontrado a Porsche hurgando entre sus cosas, pero con este tipo de asuntos más valía prevenir que lamentar. Al girar la pequeña llave y mirar el contenido, el sonrojo volvió.

A veces apenas podía creer que hacía esas cosas. Sacó el frío objeto de plástico, el pequeño control que venía con él, y la botella de plástico con un vibrante líquido azul antes de dejar la caja a un lado de nuevo. Se aseguró de cerrar bien la ventana a pesar de correr el riesgo de cocinarse vivo adentro, y terminó poniéndose una camiseta que le quedaba ligeramente grande, para no sentirse tan expuesto.

Como último paso tomó su celular de su mochila, y mientras buscaba sus audífonos en su closet, se topó con aquella camiseta que Wik le había firmado en su primer encuentro.

Una sonrisa traviesa le cruzó la cara.

**++

Mientras se bajaba de su convertible negro, Kim seguía pensando en lo extraño que era que Porchay tuviera un trabajo en equipo del que no le había contado. El chico se lo decía todo, desde qué había desayunado hasta qué chico de su salón tenía rumores de ser infiel.

Stolen Dates♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora