Stolen Dates♡

Let me down Slowly☁☁♫

Kim escucha la canción que Chay escribió para su prueba en la universidad. Su respuesta viene con algo más que solo una melodía triste. 

Canción de Chay: https://www.youtube.com/watch?v=sGaWCLo5x3g

Canción de Kim: https://www.youtube.com/watch?v=ai0UYNqeyY4

                                  https://www.youtube.com/watch?v=6ffIX0srGS4

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Habían pasado meses. Las cosas se habían calmado ya. Las familias ahora lideradas por Kinn y Porsche estaban en buenos términos. Pete había dejado a la familia principal para quedarse con Vegas y Macao, y habían terminado con un bebé en el proceso. Él no hablaba con sus hermanos desde entonces. No hablaba con nadie en realidad.

Ya no se trataba de ser el hijo menor peligroso y renegado. Se sentía perdido, apagado... solo.

Después de haber pasado meses con un rayo de sol a su lado, alegrándolo con sus charlas tontas sobre todas las veces que tuvieron que hacer reparaciones en su casa porque asustó a Porsche y éste terminó rompiendo una puerta, una pared o una ventana; preocupándose por él cuando se enfermaba o simplemente cantándole algo que se le había ocurrido; volver a la realidad en la que era el solitario Kim T. era aplastante.

Porchay lo había cortado completamente lejos de su vida. Kim no podía culparlo. Todo lo que el chico conocía de él se cayó a pedazos en un instante, y lejos de explicarse, terminó de joderlo todo al romper su corazón.

Aun así, no pudo mantenerse lejos del todo. Le constaba que la relación entre los hermanos Kittisawat era mucho más profunda que la que él jamás tendría con sus hermanos, pero eso no cambiaba el hecho de que para Porsche ahora su prioridad era Kinn.

Al menos se sentía ligeramente menos culpable ahora que sabía que Chay había re-agendado su cita para la universidad. Kim habría amenazado con volar el plantel entero si no le daban la oportunidad, pero afortunadamente para todos, no hubo necesidad. El talento del castaño hablaba por si solo y sus maestros estuvieron más que complacidos de saber que el chico quería continuar con la prueba.

En otro momento, Kim hubiera acudido a la escuela para verlo. Para darle apoyo moral y mirarlo hacer lo que más amaba. Pero ahora no tenía ningún derecho.

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Porchay miró con melancolía la guitarra en sus manos. Se había prometido a si mismo que se desharía de ella. La vendería, la regalaría o le prendería fuego, lo que fuera para sacarla de su vista. Pero sin importar cuantas veces se lo exigió a sí mismo, no pudo hacerlo.

Mientras "estuvieron juntos" Kim le había hecho muchos regalos. Tenía el dinero suficiente para cumplir cada uno de sus caprichos, incluso si Chay nunca le pedía nada. Su armario estaba repleto de ropa cara, tenía un montón de videojuegos en su estantería e incluso un par de piezas de joyería, pero aquella guitarra, igualmente cara, era la única cosa que el chico sentía que Kim le había dado pensando en él.

Sabía que hacer la prueba con ella era un error. Le enviaría el mensaje equivocado a Kim. Porque sabía que Kim miraba cada uno de sus movimientos.

Al principio le molestó. ¿Qué derecho tenía para seguir espiándolo? Había conseguido lo que quería de él. Lo menos que podía hacer era irse de su vida después de haber pisoteado su dignidad y sus sentimientos.

Después se sintió confundido al respecto. ¿Seguía la familia de Kim pensando que su hermano mayor era un espía? Intentó encontrar alguna razón lógica para las acciones de Kim. No encontró ninguna que lo convenciera. Sus magullados sentimientos lo hicieron pensar en algún momento que tal vez Kim si se había arrepentido del modo en que las cosas habían terminado. Que seguir vigilándolo desde las sombras era su manera de cuidarlo, de asegurarse que no volviera a hacer una estupidez como la del bar.