Piel a Piel ✿☾☾

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Habían estado tan cerca tantas veces. Pero Kim no podía empujarse a sí mismo a dar el último paso.

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Kim suspiró.

No había conocido el significado de "bolas azules" hasta que conoció a Porchay. Si bien no diría que era un sexópata como su hermano Kinn, estaba acostumbrado a tener sexo de manera regular.

Ese era el problema.

Mirando la castaña cabeza en su regazo, Kim no podía dejar de pensar que ya no se trataba sólo de sexo. Se trataba de Porchay. Su novio Porchay. Su muy virgen novio Porchay.

Controlarse estaba volviéndose cada vez más difícil. Los tiernos besos en los labios que compartían únicamente cuando se saludaban, se volvían cada vez con más frecuencia acaloradas sesiones de besos en las que había solo 2 combinaciones posibles.

Chay trepado sobre él, restregándole su bonito trasero y abriendo su boquita diligentemente. O bien Kim atrapándolo entre su cuerpo y cualquier otra superficie mientras le comía la boca.

Pero todas las veces en las que estaba a punto de arrancarle la ropa y comérselo entero, se detenía. Podía ver la frustración en los ojos del chico, pero él no podía. Nunca se había acostado con alguien sin experiencia, mucho menos con alguien que le importase.

Sabía que en el calor del momento Chay estaría dispuesto a lo que fuera, pero sabía que eso podía cambiar rápidamente el chico se incomodaba. Kim no estaba asustado de reconocer lo mucho que el simple hecho de saber que era el primer hombre de Chay lo ponía a tope, y le aterraba la idea de perder el control y lastimarlo, pues nunca había sido un amante amable.

Chay por otro lado, se sentía listo y estaba harto de jugar al gato y al ratón, así que se había tomado como reto personal provocar a Kim lo suficiente para que eventualmente cediera. Cuando estaban solos en su departamento, el menor cambiaba los pantalones de mezclilla por shorts cortos que dejaban al descubierto sus largas piernas, la parte favorita de su cuerpo para Kim. Si estaba comiendo una paleta, un helado o algo de forma parecida, lo hacía de manera sugerente. Si estaban juntos mirando una película o simplemente pasando el rato, Chay se aseguraba de que no hubiera espacio personal entre ellos.

Pero sin importar lo mucho que lo intentó, nada pareció funcionar. Era jodidamente frustrante porque podía ver el hambre en los ojos de Kim, la tensión sexual entre ellos era tan horrible que Chay podía sentirla casi como un inexistente toque físico.

**++

Porchay despertó con un extraño dolor en la espalda baja. Sacándose el control que tenía enterrado en el coxis, levantó la cabeza para darse cuenta que en algún punto, Kim se había quedado dormido también. El menor lo observó un par de segundos con una sonrisa en su cara.

Se veía tan en paz, tan calmado, tan diferente de cómo se veía normalmente. A Chay se le calentaba el pecho de saber que ese nivel de confianza no lo tenía ni si quiera con sus hermanos.

Mirando el reloj en la pared, el chico se dio cuenta que aún no era muy tarde, así que podían retomar su siesta en la habitación.

- P'Kim... Llévame a la cama

Kim se talló los ojos un par de veces antes de levantar a su pequeño en brazos y llevarlo al dormitorio. Lo dejó sobre su espalda y se acostó a su lado, mirándolo con pereza. Chay le sonrió y se acercó a su cara, besando su nariz y sus mejillas.

Cuando quiso darle un ligero beso en los labios, Kim fue más rápido. Lo tomó por las mejillas y lo besó con fuerza, deslizando su lengua en la húmeda boca. El menor abrió la boca contento y enredo sus manos en el largo cabello de su novio, tirándolo hacia abajo.

Stolen Dates♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora