When you're gone ☁ ✿

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Habían pasado semanas desde la última vez que había visto en persona a Chay. Siempre había sido alguien que disfrutaba estar tranquilo y alejado de todo, pero esas últimas semanas había entendido lo que se sentía estar verdaderamente solo.

Había buscado a Chay hasta el cansancio, pero el chico estaba resuelto a mantenerlo alejado. Días atrás había decidido dejarlo tranquilo. No porque no estuviese interesado más, sino porque estaba tratando de ponerse en el lugar de Chay, tratando de entender lo difícil que toda la situación estaba siendo para él. No sólo la cuestión entre ellos, también el que su hermano estuviera saliendo con Kinn.

Ese hecho en particular lo hizo darse cuenta de lo estúpido que había sido al querer alejar a Chay para mantenerlo a salvo del mundo podrido en el que él vivía. Una de las muchas noches en las que su insomnio lo mantuvo de pie en su balcón, fumando para distraerse, lo entendió.

No podía tapar el sol con un dedo.

Chay estaba tan metido en la mierda como el resto de ellos. Gracias a él o a Porsche, ya no importaba. La cuestión es que hubiese sido infinitamente más fácil mantenerlo a salvo si lo tuviera a su lado en lugar de haberle roto el corazón como lo había hecho.

Intentó volver a la rutina que tenía antes de conocerlo. Lo intentó.

Nada parecía ser capaz de apartar su mente de Chay. Cualquier lugar al que iba tenía recuerdos. Porque estaba tan enamorado del adorable mocoso que casi de manera inconsciente lo había llevado a los sitios que más frecuentaba y le gustaban. Incluso si no salía, la historia era la misma.

Su departamento era el infierno.

Llegaba ahí después de reuniones de negocios o de estar en el estudio, y abría la puerta esperando encontrar un delgado cuerpo en la cocina, tarareando alguna canción de moda mientras preparaba algo de cenar. Esperaba verlo recostado en el sillón, viendo una serie o jugando en su celular. Esperaba despertar y encontrar una adorable mata de cabello rizado picándole la nariz, un cuerpo cálido acurrucado en su costado y una amorosa sonrisa dándole los buenos días.

Le parecía casi irreal que apenas fuesen un par de semanas. Sentía que había envejecido 10 años en los últimos 2 meses. Kim suponía con diversión, que la única razón por la que no estaba medio muerto del todo era porque no estaba solo.

Big se había convertido en su absoluta sombra desde que las cosas se habían puesto feas. Nunca le contó que había pasado, pero suponía que su guardaespaldas no había tardado demasiado en sumar dos más dos cuando lo encontró un día llorando en su habitación mientras miraba las polaroids que Chay le había dado.

Big nunca dijo nada, se mantuvo a su lado todo el tiempo y se aseguró de que al menos comiera. No podía hacer nada por su insomnio ni por los largos periodos en los que se perdía en sus recuerdos. Kim estaba seguro que mantenía a su familia al tanto también. Sus hermanos sabían lo que había pasado, y aunque al principio los dos le habían dicho lo imbécil que era, después de ver lo mal que la situación lo había puesto, se comprometieron a tratar de ayudar.

Kinn dijo que hablaría con Porsche, y Tankhun con Chay.

Kim sabía que la había jodido y que las cosas no se iban a arreglar de la noche a la mañana, así que aunque agradeció a sus hermanos, prefirió darle tiempo al tiempo.

Chay necesitaba tiempo para procesar todo lo que había acontecido, y tal vez él mismo necesitaba tiempo para entender el alcance de sus sentimientos por el chico.

**++

Mientras Kim manejaba de camino a la casa de la familia principal, pensaba en lo malditamente cansado que se sentía. El insomnio lo estaba matando. Toda su vida había tenido trastornos del sueño, pero nunca había sido tan malo. Sus niveles de estrés estaban llegando al extremo. Mientras estacionaba el coche y se preparaba para bajar, deslizó su máscara de indiferencia a su sitio.

Stolen Dates♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora