+ Advertencia y Prólogo +

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G É N E R O :

misterio / suspenso / romance oscuro

D A T O S   D E L   L I B R O :

• contiene lenguaje obsceno  •

• ligero contenido adulto •

• violencia •

• temas sensibles •

• los lugares, personajes y cualquier cosa de esta historia son ficticios, absolutamente nada tiene que ver con la realidad •

• los lugares, personajes y cualquier cosa de esta historia son ficticios, absolutamente nada tiene que ver con la realidad •

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24 de Marzo, 2018.

10:45 pm.

Hailey Coleman.

Mi papá una vez me dijo que sólo se necesitaban cuatro razones para matar a alguien «dinero, celos, amor o envidia Claro que una persona en su sano juicio no acabaría con la vida de alguien por estas razones, ¿o sí?

—¿A...alison? —hablé entre lágrimas.

—¡Hablame! —sollocé—. Por...favor...

Sus ojos miraron algo detrás de mí o más bien ¿Alguien? volteé para poder ver en la dirección en que estada mirando ella y... ahí estaba él. La persona que causó todo esto. Estaba vestido todo de negro y tenía la cara cubierta ¿Quién era él?

Mire a la chica que se estaba desangrando en mis manos. No sabía que hacer para socorrerla. Estaba en blanco. Levanto la vista y...

No entres en pánico.

Mi mirada choca con la del chico encapuchado, y por un momento me pierdo en sus ojos. Noto que da un paso y luego otro, acercándose cada vez más. Mi amiga empieza a soltar balbuceos tras quejidos.

—Co-corre —declaró aterrada—. Corre y no te detengas.

Mis lágrimas empezaron a desbordarse, me aferré a sus hombros y le deje un rápido beso en la mejilla.

Me levanto. El chico encapuchado capta mis pasos y empieza a perseguirme. Mis piernas corren como nunca, no me puedo dejar atrapar. No por él.

Giro en una esquina y termino corriendo en dirección al cementerio. Si me agarra ganará él, pero si lo paso sin ser atrapada ganaré yo. Mis piernas empiezan a moverse mucho más rápido que antes, mi pecho comienza a arder con cada respiración. Cruzo la rejilla y ya estoy dentro.

Mi cuerpo ya no da para seguir corriendo. Me detengo y oculto tras un árbol seco. Mis oídos captan unas ramas crujir...

—Sal, Hailey, sal de dónde quiera que estés...—soltó el chico que me perseguía —. Esto es tu culpa, todo esto es tu culpa ¿No crees que hubiese sido más fácil si no te estuvieras escondiendo cual rata?

Mi mano atrapa mi boca para no emitir ruido alguno. Mi corazón esta a punto de salirse de mi pecho. Necesito salir de aquí.

Paseo mis ojos por todo el lugar en busca de una distracción y lo poco que veo gracias a la luz de la luna es una pequeña piedra. Perfecto.

Pequeña, deberías de sentirte como una reina, ya que pocas veces vengo por mis objetivos. Eres especial.

Lanzo la pequeña piedra y esta choca con una tumba haciendo eco. El enmascarado corre hacia la dirección y aprovecho la distracción para correr fuera del cementerio. Puedo escuchar sus pasos tras de mí... falta poco...

Mi sudadera se enreda en la rejilla de la salida del cementerio causando que entre pánico, me trato de zafar y no puedo. Mis ojos empiezan a inundarse y mis manos a temblar. Los pasos se escuchan cada vez más cerca...

Mi desespero hace que rompa la parte enganchada de la sudadera liberándome.

Empiezo a correr otra vez, pero con más fuerzas. Escucho un coro de ángeles cantar al ver la estación policíaca. Sin mirar atrás, entro.

—¡Ayuda! ¡Ayudenme! —mis gritos alarmaron a todos los presentes.

—¿Se encuentra bien? —un oficial se acerca detallándome.

Ya lo sé, debo de verme fatal.

—¡No! No me encuentro bien, necesito su ayuda.

—Por supuesto, pero necesito saber ¿Qué le paso?

—Él... la apuñalo... Alison... oh dios... —sollozo al recordar la escena— ¡Tiene que ayudarla!

—Si, claro que la ayudaremos ¿Cómo se llama usted señorita?

—Me-me llamo Hailey Coleman...

—Muy bien señorita Coleman ¿Cuántos años tiene?

—Tengo diecisiete, por favor, tienen que ayudarla.

—Necesito la dirección exacta —demandó.

Proporcioné la ubicación de mi amiga y el oficial fue a buscarla con su equipo.

Rendí mi declaración de todo lo sucedido y esperé a que me trasladaran de la sala de interrogatorios a una pequeña oficina. Ya ahí me permití llorar, sacar todo lo que estaba reteniendo, todo lo que me dolía.

No quiero esta vida de mierda ¿Por qué de todas las vidas en el mundo me tuvo que tocar la peor? Hubiera preferido cualquier otra a esta.

Estoy tan cansada emocionalmente, me siento quebrada, lastimada, dólida y sola...

No es justo. No es justo que deba sufrir tanto solamente por existir.

Alison.

Pobre chica. Ella no se merece lo que le está pasando.

Todo es mi culpa.

La puerta de la pequeña oficina se abre dejando ver al oficial que me atendió cuando llegue en medio de una crisis. Sequé el rastro de lágrimas que cursaban mi rostro y me enfoqué sus ojos.

—¿Ella está bien? —solté la pregunta que tanto me quemaba por dentro.

Oscura PerfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora