Capítulo 4

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Hace no mas de una hora llamaron a Argyle para que trajera pizza, tanto para ellos como para los agentes. La casa estaba silenciosa en lo que cabe, pero silenciosamente raro. Will pudo percatarse esto, supuso que era por la ausencia de su madre y hermana. Jonathan solamente puso música mientras consumía un porro. Los agentes estaban dormidos en la sala. Max, miraba a un punto fijo en la pared.

Disparos rompieron los cristales de la casa, ellos brincaron de la cama, Jonathan fue a buscar a los menores, protegerlos y llevarlos hasta el primer piso con los agentes. Uno de ellos quedó en el suelo herido y posiblemente muerto, eso hizo a los menores gritar y entrar en pánico. Únicamente los protegía el adulto, pudieron correr hasta afuera, sin embargo el agente restante lo hirieron con un disparo mortal.

Argyle llegó justo a tiempo y ellos se montaron. El mexicano al ver a la persona con sangre tuvo un ataque de pánico. Los chicos le gritaron que arrancara y lo hizo. El que estaba apunto de morir le regaló un bolígrafo a Mike.

El repartidor de pizza fue al lugar secreto de Jonathan y él. Donde suelen jugar cuando el día esta; aburrido, estresante o quieran diviértanse con algo. Ese sitio si pudiera hablar pudiera revelaría sus grandes secretos, pero hay un secreto en especial que ellos esconden y nadie sabe o sabrá.

Verificaron el pulso del agente, ya no tenía. Eso es un pena, una triste historia la cual terminó por estar protegiendo a los jovenes. Lo enterrarían en ese semi desierto, los Byers, Wheeler y Mayfield fueron a hacer un oyó en la tierra para enterrar el cuerpo.

-El fbi nos encontrara y nos mataran a todos por estar enterrando a ese tipo- decía ansiosos Argyle

Se movía de un lado para el otro. Decía cosas que les podría pasar si alguien se enteraba de esto. Los diferentes finales que posiblemente tendrían en la carcel o muertos. Tantas cosas vineron a su mente que es imposible detenerlos.

Vino al rescate su mejor amigo. Le dijo que fuera a el carro, hiciera lo que siempre hacen para quitarse el estrés y los pensamientos negativos. Le hizo caso y volvió mas tranquilo.

Una cercanía peculiar nombraría Max. Esto de que solo son amigos ella no se come por completo esa historia. Hay algo más que esos dos ocultan, y parece que ella es la única que lo nota. Nota como la voz de Jonathan cambia y se suaviza más de lo normal, que sus ojos hablan, pero su boca se mantiene cerrada. Y si la abre se queda con la palabra en la boca. Tiene teorías pero aún no saca la conclusión de este problema.

-Proxima vez tranquilízalo con un beso- le sugerio Max y le giño un ojo

Jonathan se puso rojo como un jalapeño. Argyle ni escuchó, se inmutó a hacerle un tipo de lapida en un cartón de pizza. Mike le prestó el bolígrafo, pero por alguna razón no escribía. Ellos notaron eso y quedaron confusos.

-¿Para que te dió un bolígrafo que no sirve?- pregunto la pelirroja al azabache

Wheleer y su novio se miraron directo a los ojos. Pude que ese bolígrafo tenga algo dentro que los pueda ayudar. Le quitaron de la manos el bolígrafo y verificaron. Había un número de teléfono, eso les pude ser de ayuda. Will lo guardó y fueron a enterrar el cuerpo.

Terminaron su lavor, se montaron en el vehículo y buscaron un teléfono público que por suerte no estaba lejos. Mike marcó los números y junto a Will escucharon el teléfono.

***

Abrieron la puerta, asustando a Eddie. No le habían avisado al chico de que llegarían con comida y bebidas. Le entregaron las compras; Munson se sentó en la orilla del bote, Henderson se sentó enfrente de él, Harrington buscó una silla y se sentó, Hargrove se sentó en el regaso y Buckley se quedó parada. Dustin le dió las malas noticias y por último las buenas.

In your eyes | SecuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora