Lo cierto era que hasta día de hoy nadie sabía con exactitud de donde había salido Jeon Jungkook.
La poca información que se tenía de el era que pertenecía a la familia real de manera indirecta, más sin embargo poco se sabía acerca de su posición dentro de la realeza. Como tampoco que ejercía como profesión.Era notable que tenía estudios superiores gracias a su muy elegante manera de hablar y dirigirse, además de sus conocimientos sobre cualquier tema que se tratara eran verídicos.
Pero nada más que eso.Lo cierto es que aquel hombre escondía demasiados secretos para su propio bien.
Secretos en torno a su existencia, a su familia, incluso con respeto a su tiempo en esta tierra.
Los rumores corrían siempre como agua por el río.
Jeon Jungkook también tenía una manera muy singular de pasar el tiempo. Y en concreto uno de sus pasatiempos era muy cuestionable, hasta podría decirse que alarmante.
Para alguien que ha vivido demasiado tiempo, ha recorrido el mundo incontables veces, conocido gente de todos los estatus y calañas, visto tanto arte, y traspasado de una época en otra, la vida comienza a carecer de sentido cuando ya lo has vivido todo.
A Jungkook le gustaba pintar para ver pasar el tiempo, había descubierto en uno de sus tantos viajes el enorme placer que le generaba el trazar con un pincel entre sus dedos, creando algo que podría ser solo suyo, para su propio deleite y satisfacción. Algo que podría admirar en la oscuridad de su oficina, con la única compañía de sus más escondidos deseos y la luz de la Luna como testigo.
Nadie vería nada malo en ello, salvo por lo que estaba plasmado en las pinturas de aquel que decía ser un caballero.
Hombres.
Hombres desnudos.
Chicos jóvenes, hermosos y sin prendas.
Desde el inicio de su existencia Jeon Jungkook había sabido muy bien cuales eran sus preferencias a la hora de satisfacer sus deseos carnales.
Como un hombre atípico, no se inclinaba a desear el calor de un cuerpo femenino, o ser envuelto por manos tan delicadas. No encontraba satisfacción en los cuerpos menudos y frágiles de las damas, ni en que tan suaves y jugosos fueran sus pechos. Tampoco le incitaban a probar el tesoro entre sus piernas, por el que tantos hombres decían perder la cabeza.
Jeon Jungkook prefería el fuego de un cuerpo masculino, la resistencia que podrían ofrecerle, alguien que fuera su igual en la situación. Sabía cómo le gustaban los hombres, sabía cómo prefería sus cuerpos. Quizás más bajos y delgados que él, más sensibles, alguien a quien poder sostener fácilmente.
Le gustaban específicamente aquellos que poseían cabellos dorados como el Sol, y una actitud cálida como los rayos de este.En cada uno de sus viajes buscaba siempre a los mismos especímenes, chicos atractivos a los cuales retratar, y con los cuales poder descargar un poco de la pasión que se arremolinaba en su vientre durante tanto tiempo.
Y siempre le había funcionado. A pesar de ser considerado una aberración en contra de lo natural, era de las pocas cosas que lograban hacerle sentir vivo de nuevo.
Además de que hacia disfrutar también a todos esos muchachos. Chicos reprimidos que recurrían a él para cumplir con sus fantasías, y abandonarse a las garras del placer prohibido por al menos una noche.
La única excepción a eso había sido Jimin, quien aún no se había lanzado a sus brazos, a pesar de los muchos comentarios sugerentes que solía lanzarle disfrazados de falsa cortesía.
Quizás Jimin era demasiado inocente, o quizás solo prefería ignorar lo que pasaba entre ellos por el temor de lo que podría suceder luego.
Pero Jungkook era un hombre inteligente, y ya había notado las miradas que recibía del rubio, había notado sus sonrojos y las palabras que parecía reprimir con ahínco cuando estaban juntos.
Ahora que tenía un buen motivo para encerrarlo entre sus brazos, no lo dejaría escapar.
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𝐍𝐗𝐃𝐄 ➻ 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧.
أدب الهواة❛❛Miraba el cuerpo desnudo de aquel chico tendido sobre aquel diván con el fuego ardiente de una llama siendo consumida. El deseo evidente en sus pupilas y su boca, muriendo por probar cada milímetro de aquella piel inmaculada, sus colmillos picando...