XXVI

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Dios mío, me da tanta vergüenza volver a aparecer así sin más. Pero este casi año de inactividad fue una locura para mí, mis voluntariado en el psiquiátrico, luego mis pasantías en los bomberos y un sinfín de cosas más, me volvieron literalmente loca. 


Pero adivinen qué... ¡Su esposa obtuvo su licenciatura en Psicología! Mi graduación fue apenas la semana pasada, pero una vez que pude salir de todos mis asuntos universitarios y personales, me dedique a escribir nuevamente. Así que les traigo el capítulo de hoy, lo sentí un poco corto y tranquilo, pero es necesario para la historia. Así que vamos a disfrutarlo u//u. Como siempre, estoy profundamente agradecida con todos sus comentarios y votos, a las personitas que me enviaron mensajes privados ¡me hicieron muy feliz! Voy a esforzarme por seguir trayendo historias NS para ustedes. 

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Bueno, bueno... ¿no eres demasiado chismosa para tu propio bien, Sacerdotisa? —preguntó Kurama con una sonrisa inquietante, mientras se acercaba lentamente hacia ella. Después de lanzar esa pregunta, el aire alrededor de ambos se espeso con tensión. El cuerpo de Naruto irradiaba ira y una energía demoníaca tan fuerte qué su corazón empezó a latir con violencia. Shion quería pensar que Kurama no sería capaz de hacerle algo malo, pero siendo honesta consigo misma, para el demonio el único que podía gozar de su cariño, protección y cuidados era Naruto. Y eso lo convertía en alguien de temer—. ¿Te preocupas tanto por el omega de mi cachorro? Ten cuidado, puedo pensar que te gusta más de lo que debería y podría enojarme.

Shion bufó con desdén y aparente tranquilidad.

—Sasuke ni siquiera es mi tipo. Sólo quiero entender tus motivos, nada más.

Ambos se encontraban cara a cara, mirándose a los ojos. El cuerpo de Shion estaba tensó y comenzó a salivar con nerviosismo. Nunca antes se había sentido tan vulnerable y temerosa en su vida. Ahora entendía porque Kurama era el líder de los nueve bijus del inframundo.

—Ah, no te alteres Sacerdotisa. La gente indiscreta no me cae tan mal. Si tanto quieres saberlo, pues te lo diré, después de todo es una respuesta bastante simple —Kurama sonrío haciendo que el rostro de Naruto adoptara una visión cruel—. La verdad es que... fue divertido. ¡Hey! Tranquila, no pongas esa cara. No soy tan desalmado, me ofende que estés tan tensa frente a mí. Ven, siéntate en la cama.

Basto con que empujara su hombro con lo que parecía un empujón suave para mandarla al otro lado de la habitación. El cuerpo de Shion impactó contra la pared con un golpe en seco, haciéndola jadear con dolor. Su cabeza comenzó a palpitar por la fuerza del impacto. Resoplando, alzó la mirada y enfrentó a Kurama. Quien la miraba con fingida preocupación.

—Vaya, lo siento. ¿Te dolió?

—Jodete, enfermo de mierda. ¡¿Quién te crees que eres para tratarme así?!

El demonio ladeo la cabeza mirándola con obviedad.

—Kurama. ¿Quién más?

Shion se levantó de un salto ignorando el dolor en su espalda y cabeza.

— ¡Tú...!

—Ya cállate, tu voz escandalosa resuena en mis oídos —Kurama la detuvo con aburrimiento mientras se alejaba de ella y se trasladaba hacia el ventanal—. Sólo no medí mi fuerza, no es para tanto.

— ¿No es para tanto? —preguntó con furia—. ¡Un poco más y me rompería la cabeza!

La observo con desagrado.

FrenesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora