Frenesí

VIII

Hola, me ha llegado el internet y literalmente me estrelle con la mesa del comedor de mi casa para publicar. Posiblemente mañana amanezca con un morado en mi pierna, but, no me importa.

Espero disfruten de este capítulo :3. Los amo. Lamento la tardanza.

Recuerdos del pasado III.

Jadeando, trato de recuperar la respiración. Itachi se encontró una vez más, preguntándose a sí mismo, ¿hasta cuándo iba aguantar? Otro golpe a su costado derecho, no logro derribarlo. Escuchar el jadeo de felicidad de su padre, le produjo arcadas.

―Eso es hijo mío ―resoplo Fugaku extasiado―. Cada vez falta poco, pronto, serás muy poderoso.

Itachi no respondió, aun con su costado derecho lastimado, y su lado izquierdo sangrando, se negó a ceder a la presión de sus rodillas. Sabía que si dejaba que su cuerpo cayera, sería el fin. Su padre volvería a castigarlo.

No le gustaban sus castigos.

―Vamos, una vez más.

Espero pacientemente, y suspiro silenciosamente mientras seguía esquivando patadas y puños. Tenía tan solo quince años, y su padre lo trataba como un veterano.

Pero está bien, se dijo a sí mismo. Mejor él que Sasuke.

Faltaba cada vez más poco para que el entrenamiento terminara, Itachi estaba ansioso por terminar, y por eso, no pudo esquivar la patada que se dirigía a la boca de su estomago. El impacto, aventó su cuerpo hacía atrás rápidamente, sacándole el aire en el proceso.

Aún jadeando por aire en el frio césped, Itachi tembló. No de frío, no de dolor. Todo lo que podía sentir, era resignación.

―Itachi, pequeña porquería ―su padre, empuño sus cabellos negros hasta levantar parte de su cuerpo y hablarle directo a la cara―. ¿Así piensas derrocar a nuestros enemigos? ¿Así piensas darle honor a nuestro clan?

No respondió. No debía hacerlo. La primera y única vez que intento responder, no pudo comer bien por una semana. Ni levantarse. Así que, espero pacientemente. Su padre, visiblemente furioso, lo soltó con desprecio.

―Ponte sobre tus manos y rodillas. Te mereces un castigo.

Obedeciendo, con su cuerpo todo dolorido. Itachi se volvió a cuestionar a sí mismo.

¿Hasta cuando pienso aguantar? ¿Podré matarlos pronto?

Sí, se dijo con oscura satisfacción. Iba a matarlos pronto.

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Naruto suspiro mientras intentaba por todos los medios obtener un poco de autocontrol. Viajar en su moto con Sasuke no había sido la mejor idea de todas.

Sentía su cuerpo pegado al suyo, provocándolo, llamándolo. Su aroma, a pesar de estar contra el viento, le llegaba a la nariz. Podía sentir sus muslos pegados a los suyos, el ligero ronroneo que el moreno soltaba inconsciente. Pero por dios, ¿Sasuke quería matarlo? Tenía una erección de campeonato. Le palpitaba y le dolía. El solo pensar que pronto su celo llegaría, celo en el cual, él como su compañero tenía que atenderlo.

Quería atenderlo.

Podía sentir a su pantera interior babear con satisfacción al pensar en comerle el culo. El lobo estaba ansioso por tomarlo sobre sus manos y rodillas. El oso quería impregnarlo con su olor hasta que cada rincón de su cuerpo oliera a ellos.