XIII

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Bien, aquí esta el otro. ¡Disfruten! 

Nos leemos en las notas del final. 

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Naruto se estiro mientras sus pensamientos eran un torbellino.

Se le hacía muy difícil comprender a su compañero y por momentos, creía que iba a volverlo loco.

No mentía cuando le contó a su madre lo mucho que Sasuke y él eran parecidos a como fueron en vida sus padres. Naruto era consciente que aunque el lucia físicamente como Minato, su personalidad y comportamiento tenían más de Kushina que nada. Él estaba bien con eso, de alguna forma, lo hacía sentirse aún más cerca de ellos.

―No bajes la guardia ―susurró la voz demoniaca de Kurama en su mente―. Te observan.

No dio ningún indicio de haber escuchado a su amigo, sin embargo, no era un problema. La conexión que tenía con Kurama era como ninguna otra. Su amigo, no necesitaba reconocimiento verbal ni mental para saber que él lo escuchaba. Sigilosamente, sus sentidos se agudizaron y empezó a observar su entorno con suspicacia. Sí, era la misma sensación que tuvo en la mañana cuando salió de su casa con Sasuke. Definitivamente era la misma persona que los estaba observando antes. Fingió durante todo ese tiempo no darse cuenta, sin embargo ya se encontraba fastidiado. No había sentido indicios de energía resentida o de algún ataque, eso no quería decir que la persona que los espiaba no fuera un ente hostil.

Soltó un suspiro fingido y se encogió de hombros.

―Debe ser un fastidio estar siguiéndonos durante el día después de todo; no somos personas muy interesantes de espiar ¿no?

Una risa ronca y masculina se escucho por el lugar. De una de las casas abandonadas, salió un tipo alto y esbelto. Debía medir alrededor de un metro ochenta. Con el cabello rubio largo y sujetado en una cola alta, estaba vestido todo de negro y sus ojos azules brillaban con picardía.

―Bueno bueno ―canturreo con placer―. No sé en qué estaba pensando cuando creí que no te darías cuenta. ¿Me descubriste hace un momento o...?

―Digamos qué fue interesante que te mantuvieras lo suficiente alejado para darnos privacidad a Sasuke y a mí en la tumba de nuestros padres.

El rubio hizo una reverencia si ninguna burla de por medio, sus ojos azules se oscurecieron cuando lo miraron con seriedad.

―A los muertos se les debe respeto.

Naruto asintió de acuerdo con él.

― ¿Tu nombre?

El rubio parpadeo con alegría.

Oh, oh, esto es un honor. ¿El Shihai Tekina más fuerte, quiere saber mi nombre? ―hizo una pausa y una sonrisa tensa se dibujo en su rostro―. ¿O quiere confirmarlo?

Se extendió un silencio rígido entre ambos, Naruto empezó a caminar de forma lenta pero precisa hacia el hombre frente a él. Se detuvo cuando sólo los separaban unos cuantos pasos, con la mirada completamente seria lo observo.

―Te llamas Deidara, ¿no es así? El compañero de Itachi.

Deidara, esta vez, no sonrío. Se mantuvo en silencio y asintió.

―Entiendo ―respondió Naruto. Suspiro profundamente―. Si estás aquí, entonces él también lo está.

El rubio no respondió y Naruto no lo necesito. Ambos ser observaron estudiándose y preparándose para lo que sea. Si Deidara estaba frente a él, significaba que Itachi estaba cerca de Sasuke. Lo invadió sensaciones de inquietud. No sabía si darse la vuelta y correr hacia su compañero o quedarse y enfrentar a Deidara aunque no quisiera hacerlo. Supuso, que la acción más correcta era pelear con el hombre frente a él. De todos modos, Deidara tenía que hacer lo que sea para evitar que interrumpiera a los hermanos Uchihas. Así que calculando mentalmente, Naruto accedió a darle a Itachi cinco minutos con su hermano.

FrenesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora