• E P Í L O G O •

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Una pequeña niña de risos rojos y ojos castaños intensos observa atentamente como su madre abraza a su padre con felicidad y una sonrisa de enamorada.

—¿Y qué sucedió luego de conocerce? —preguntó su hermana menor recostada en la cama que compartían.

Sus padres se miraron y sonrieron ampliamente para luego observarlas a ellas.

Julia Bennett, era la mayor de las hermanas. Su pasión por la cocina era igual a la de su padre. Con su cabello rojizo rizado, cejas rojas pobladas, pestañas batidas, ojos marrones y pecas desparramadas, era una copia perfecta de su papá Benjamín Bennett.

Mientras que la menor, Juliett Bennett. Era deliberadamente igual a su madre, cabello castaño rizado, unas cejas perfiladas con perfección, pestañas largas rectas, ojos oscuros como los de su padre e infaltables pecas esparcidas por sus mejillas regordetas y diminuta naríz. Ella, era la copia viviente de Julie Johnson de Bennett, amante a la pintura, a pesar de su corta edad.

Ambas hermanas eran únicas, se cuidaban, respetaban, jugaban juntas, se ayudaban en las tareas o más bien, Julia ayudaba a Juliett ya que era dos años mayor.

Ambos padres miraron a la mayor de las hermanitas Bennett.

—Sucedió —comenzó su madre —que luego de salir y conocer más profundamente a papá, me fui enamorando más y más—

—Al igual que yo —continúo su padre —me enamoré profundamente de mamá.

—¿Más de lo que ya estabas? —le interrumpió la menor.

—¡Exacto!

—¿Y luego? —preguntaron con curiosidad las hermanas asomando la cabeza por sobre las cobijas.

—Pasaron los años y al fin papá se animó —Julie soltó una risa al recordarlo —era el primer día de otoño estábamos en una cita por el aniversario y luego—

—Amor, ya es tarde las niñas deben dormir —interrumpió su marido —además esa, es historia para otro día.

—¡Papá! —se quejaron las pequeñas.

—Lo siento, deben dormir.

—Papi tiene razón, esa es historia para otra noche —acusó Julie mirando con amor a Benjamín —ademas mañana es otra jornada y podemos seguir.

—¡Si! —cantarón las hermanas con felicidad

—Tambien mañana es el primer día de otoño del año —añadió Julie.

—Y todos sabemos que sucede —siguió Benjamín dándole una mirada pícara.

Las pequeñas cubrieron sus bocas soltando unas risitas.

—¡Tardes de otoño en el balcón! —gritaron las hermanitas.

Tardes de Otoño © |Completa| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora