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Dayeon

Hoy me desperté aún en este lugar... Sigo pensando que en algún momento despertaré y estaré de vuelta en casa... Ahora soy una prisionera, destinada a casarse con espíritus y consevir hijos.

Terminé de despertar y me dirigí al baño, para arreglarme un poco.

Salí en silencio hasta un pasillo hermoso que daba a un jardín... Creo que me perdí... Quiero desayunar... Detallando más este jardín me dí cuenta que había algo blanco con rayas negras... Cuando moví un poco la hierba, me dí cuenta que era un tigre.

Desde niña siempre me han gustado los tigres, así que no pude evitarlo y lo toque... Su pelaje es suave... Y eso me hizo sonreír... Pero no me había dado cuenta que me estaba mirando todo este tiempo.

Sus ojos y los míos se conectaron, pero no me moví... Una luz dorada comenzó a rodearlo hasta que se transformó en un hombre y me dí cuenta que era Taehyung.

—Lo siento no sabía que eras tú... Me disculpo —me incliné pero aún me dí cuenta que está desnudo así que rápidamente levanté mi rostro de nuevo.

—¿Acaso hay algún otro tigre blanco aquí? —dijo cruzando los brazos y su ropa aparece con magia.

—Pues no sé si hay o no... Nunca había vivido aquí.

Veo como suspira y se da la vuelta.

—¿Tú también crees que soy la reencarnación de su antigua novia? —él se detiene en seco.

—Puede que tengas el espíritu de ella, pero no su personalidad —lo dijo y volvió a alejarse.

No le pude ni preguntar dónde está la cocina... Estoy cansada de este lugar, dejo un suspiro salir de mí boca cuando siento un par de ojos mirándome.

—No te preocupes por Tae, él tampoco quería a nuestra antigua novia al comienzo, así que solo dale tiempo... —Jimin se acercó hasta mi y tomó unos mechones de mi cabello—  Hueles muy bien.

Me alejo rápidamente de él y se retira con una sonrisa en sus labios... Este lugar me da temor... Seguí caminando por varios pasillos hasta que llegue a la cocina y este el fénix preparando algo.

—Creí que te encerrarías en tu habitación, ya iba a llevarte el desayuno —Jin me sonríe— Ven, sientate a comer algo.

—No sé sí debería confiar en ustedes.

—Lo menos que queremos es hacerte daño.

—Mientras estés con nosotros nada te faltará y estarás protegida y tu pueblo será bendecido —dijo el dragón llegando a la cocina.

—¿En serio? —levanté una ceja sintiendo duda aún.

—Tienes mi palabra... Ahora come... Necesitas estar sana.

—Gracias... Por el desayuno... —digo comenzando a comer.

—Te los haré cuando quieras y si quieres más solo dime.

—Queremos que esté fuerte para consevir no para engordarla —dijo Tae en la marco de la entrada de la cocina.

—¡No la engordaré! Solo la quiero alimentar bien.

Mientras comí Tae no deja de mirarme y comencé a sentirme intimidada... Terminé de comer y decidí caminar por el lugar para conocerlo mejor... Hasta que me encontré con una puerta abierta.

Poco a poco fuí dejando que mi cabeza se asomara en aquel lugar y era un lugar de tonos azules y grises... Y hay muchos cuadros y es cuando me doy cuenta que hay alguien pintando sin camisa.

Lo reconocí, era Tae.

—¿Sabes que puedo sentir tu olor? Se que estás aquí, si vas a decir algo dilo ahora —se volteó y me miró y esos ojos azules llamaron mi atención.

—Perdona... No quería molestarte —no podía dejar de mirar sus ojos.

—¿Qué tanto me miras?

—Tu ojos son hermosos... Parecen irreales.

—¿Y piensas quedarte ahí? —se levanta y comienza a acercarse a mí— Si no te vas, podría comerte.

—¿Comerme? —lo miré fijamente a los ojos.

—Te lo puedo mostrar —se acercó a mi y me tomó del mentón y lo levantó... Acercó su boca muy cerca de la mía, casi pude sentir como sus labios rosan los míos.

—¿Q-Que haces? —él sonríe de manera pícara.

—Mostrandote cómo te comería —suelta una risa y vuelve a su cuadro.

Dejándome allí con el corazón en la boca... Sabía que estaba sonrojada así que salí lo más rápido que pude de allí.

—¿Sucede algo bella? —preguntó Jungkook.

—No es nada, no te preocupes... Es solo que no me acostumbro a vivir aquí —me miró fijamente.

—Pues lo harás poco a poco... No te preocupes... Se que no te gusta estar encerrada, pero no podemos dejarte salir... El mismo espíritu que mató a nuestra antigua novia podía buscarte, aquí estarás a salvo.

—¿Y mi familia estará a salvo? —digo con cierta preocupación.

—No irá por tu madre... Confía en mí... —él me sonríe de manera tierna.

—Díganme como lo hago... Ustedes me secuestraron.

—No es verdad... Tu madre te entregó voluntariamente y cuando vea que la maldición de levantó después que te fuiste nadie te querrá de vuelta porque volverá la maldición.

—¡Eso para mí es una amenaza! —digo caminando hacia atrás.

—Nada de eso hubiese sucedido si tu madre no te hubiera ofrecido como sacrificio, la maldición se levanta para acegurarnos de que no escaparas.

—Porque simplemente no me dejan tranquila —digo suspirando.

—Cuando Jimin vió que era el espíritu de nuestra antigua novia supo que los cielos nos daban otra oportunidad de consebir hijos... Por eso la maldición.

—¿Así que la culpa es de ese Jimin? —cruzó mis brazos.

—No, todos sabíamos lo que teníamos que hacer, pero a él fue el que se le ocurrió la idea de la maldición solo para asegurarnos que estuvieras de vuelta con nosostros y los demás estuvimos de acuerdo.

—Pues me parece injusto decidir en la vida de alguien más... Y es mi vida de la que estamos hablando.

—Tenías a alguien que te gustaba, ¿cierto? No haces esto por tu madre... Siento como estás enojada con ella por entregarte, pero extrañas a cierto chico de la ciudad —se acercó a mí— Si no quieres que Tae o Jimin lo maten deberás quedarte aquí.

Él sonríe antes de irse, pero necesito saber más de porque estoy aquí... De verdad solo quieren hijos... Porque mi madre me entregaría así... Necesito hablar con ese Kumiho, hablar con Jimin.

 Necesito hablar con ese Kumiho, hablar con Jimin

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Chosen Bride +18 [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora