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Dayeon

Después de hablar con Minjae he aceptado mi destino, es decir, les daré lo que ellos quieren, me comportare más como su novia y no volveré a huir de ellos, ya he corrido el riesgo de morir dos veces e igual ellos han ido a salvarme.

Suspiro una vez más frente a la puerta de la habitación de Hoseok, tanto él como Tae son los únicos con quiénes no he estado así que me daré en ofrenda, por así decirlo. Toqué y esperé a que me dejara pasar.

—Pase... —pude verlo mientras veía por la ventana, supongo que no soy la única que se aburre por aquí, cierro la puerta y lo miro fijamente.

—Vengo a pedirle mis disculpas y darle mi agradecimiento por haberme salvado —me inclino en señal de respeto.

—No tienes que agradecerme —su mirada vuelve a la ventana pero yo no me moví de dónde estaba.

El voltea y ve que aún no me he ido.

—¿Hay algo más que quieras decirme? —él se sienta en dirección hacia mí.

No dije nada, solo comencé a quitarme la ropa, en sus ojos puedo ver la sorpresa que se llevó, esto no lo esperaba de mí.

—¿Q-Que haces? —un poderoso espíritu que tiembla frente a una humana desnuda, es tierno.

Quedo completamente desnuda, lo veo tragar grueso y camino hasta él.

—Déjeme pagarle —mi boca fué hasta su cuello dónde dejé pequeños besos.

Sus jadeos se hicieron presente, su cabeza echada hacia atrás en busca de aire, se ve sexy. Mis manos fueron hasta su pecho tocándole por encima de la ropa, decidí quitarle la primera prenda, la ropa tradicional consta de tres capas, así que solo he quitado la primera.

Sus manos se clavan en mi cabello y me atraen a un beso, un beso entre dulce y apasionado, podía sentir au lengua jugando en mi boca y la mía siguiendo sus pasos. No podía evitar gemir, se siente bien, muy bien, podía sentir como sus manos bajaban tocando todo mi cuerpo, él me jala más hacia el haciendo que me subiera a horcajadas encima de su cuerpo.

Jadeo ante el contacto, le quité la segunda prenda dejándola caer al suelo, todo esto sin dejar de besarnos, el me carga, enrollo mis piernas en sus caderas y el me lleva hasta la cama, me coloca allí suavemente y se quita su última prenda y su ropa interior, quedando completamente desnudo. Estos hombres de verdad que son perfectos, su cuerpo está bien esculpido, todos provocan deseo en mí.

Él vuelve a subirse a la cama colocando sus ambos una a cada lado de mí para así sostener su peso, sus besos descendieron por mi cuerpo llenándolo de marcas y chupetones. Mis gemidos y jadeos eran cada vez más audibles y sus gruñidos también, sus dedos llegaron hasta abajo jugando con mi centro ya húmedo.

—Aaah~ Hoseok-ah~

Una sonrisa pícara se formó en su rostro, no pude evitar sentirme avergonzada.

—No tienes porqué sentir vergüenza, somos tuyos y tú eres nuestra, además ese fue un hermoso gemido, no sabía que mi nombre podía sonar hermoso si lo usas así de esa forma tan sensual y excitante —me besa una vez más sin dejar de mover sus dedos en mi clítoris.

Luego pude sentir dos de sus dedos introduciéndose lentamente dentro de mí, automáticamente mi espalda se arqueó como si buscará la fuente de placer, sus dedos bombeaban dentro de mí y yo no podía evitar mover mis caderas en busca de más contacto, mi cuerpo se tenso y me liberé en sus dedos.

Él sonríe y toma su miembro con una mano y con la otra me abre las piernas, se mete en mi de manera lenta torturandome. Su cabeza se echa hacia atrás en busca de aire.

—Se siente bien estar dentro de tí, me aprietas demasiado rico.

Él agarro compostura y fue cuando las embestidas comenzaron, mis manos se aferraban a sus hombros, mis uñas quedarán marcadas en su piel, sus movimientos rápidos me estaban haciendo sentir en el cielo, mis gemidos estaban incontrolables, solo gritaba por más, solo quería más.

Las embestidas se aceleraron y terminé por venirme, mi cuerpo temblaba y los espasmos del orgasmo llenaban mi cuerpo hasta que luego se vino él. Ambos quedamos en la cama jadeando y tratando de recuperar nuestra respiración. Él estaba boca abajo mirándome y me sonríe.

—Eso fue increíble —no pude evitar sonrojarme.

—Si que lo fue —él se acomoda mejor en la cama y me coloca en su pecho para hacerme caricias, lo que termino por dormirme.

*

Desperté y ya el sol había salido, Hoseok no estaba en la habitación así que entre en su baño para poder asearme y salir a mi habitación, allí me cambié y caminé hasta la cocina, Jin lavaba los platos mientras que Tae estaba comiendo.

—Buenos días —ambos me miran pero solo Jin me responde.

—Buenos días hermosa, ¿Cómo amaneces? —el llega y me abraza.

—Pues bien, gracias por preguntar Oppa.

—Eso me gustó —dice sonrojado.

—¿Y los demás? —miro a Tae pero este no me respondió sino que se levantó y se fue.

—Aish, Tae y su humor de nuevo, perdonalo cariño, es que los tigres son temperamentales, no le hagas caso... Los demás están cada uno en una actividad, puedes verlos si quieres.

—Sabes cuando estaba en el plano espiritual hablé con Minjae, ella los extraña mucho y me aconsejó que los conociera a cada uno, ¿Podrías hablarme de tí, Oppa?

—Yo soy un Fénix, nosotros somos espíritus sanadores y difíciles de matar, porque tendemos a renacer, pero hace siglos hubo un ataque a mi pueblo y pues soy el único que queda... Fui hasta el oráculo y ella me dijo hay una persona en el mundo que nace bendecida con poder divino y que ella puede concebir bebés fuertes así que me dijo dónde vivía.

—¿Esa era Minjae?

—Si, el poder divino estaba en esa alma, luego cuando ella muere, el oráculo nos dijo que tendríamos que esperar a que esa alma reencarnara, ahora tú estás aquí —me sonríe— Solo no vuelvas a huir o a irte a un sitio donde no podamos verte y si quieres salir, avísale a uno de nosotros.

—Esta bien, Oppa gracias por contarme.

—Esta bien, Oppa gracias por contarme

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Chosen Bride +18 [Completado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora