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"A veces el conocimiento trae consigo dolor".

Hace mucho tiempo, junto con los primeros humanos, Dios creó a sus primeros pensamientos.

Pensamientos con la apariencia de humanos, con fuerza capaz de mover montañas y con dones otorgados con amor.

Todos ellos eran tan hermosos y virtuosos que se creían dioses.

Una de estas creaciones fue creada en un susurro al viento de invierno como Katars, éstos servían en el cielo junto con El Señor, proveyendo ideas y razones justas para nuevas y lógicas reglas del universo y sus habitantes. Ellos representaban la inteligencia, el conocimiento, lo ético, lo justo, la metodología, el amor, la tranquilidad y sobre todo la paz. Tan fuertes y poderosos que con una mano podían mover montañas, cambiar el curso de los ríos y secar mares.

Dios también creó pensamientos en la tierra para gobernar sobre ellos, éstos eran tres, los primeros eran los humanos que nacieron de soplar sobre la arena y los otros que nacieron de haber caído dos lágrimas en la tierra seca y el fuego.

El primer pensamiento y el más noble y bondadoso eran los Vultants, con la apariencia de un humano maduro desde el nacimiento, de belleza infantil, con inmortalidad en su naturaleza y fuerza abismal, creían en el orden y las enseñanzas del Señor y agradecían el don más hermoso que les había regalado: Sus hermosas y poderosas alas, tan grandes como un roble adulto y tan poderosas como que eran capaces de crear huracanes y torbellinos si se encolerizaban.

El otro pensamiento que tomó vida fue llamado Licants y se caracterizaban por sus capacidades sobre la tierra. Los Licants tenían la fuerza de voluntad más poderosa de todas las demás especies y una libertad sobre sí mismos que los otros no poseían; confiaban en sus instintos más que en cualquier otra cosa sin dejar que nadie los detuviera; irradiaban tanta confianza y fortaleza que los demás animales se refugiaba en ellos cuando el mal tiempo atacaba.

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